SAM – Sociedad Aeronáutica de Medellín Consolidada S.A.
 En mayo de 1994, Gustavo Alberto Lenis, Presidente de Avianca y miembro  de la Junta Directiva de SAM, anunció oficialmente la fusión de las  empresas de propiedad del Grupo Santodomingo, incluyendo a HELICOL en lo  referente a las funciones básicas y de soporte en el área  administrativa y técnica y presentó un nuevo plan para renovar  totalmente la flota de SAM con aviones nuevos de fábrica. Dentro de los  estudios de evaluación se consideraron aviones como el Boeing 737, el  MD-83 y el modelo holandés Fokker F-100. La negociación se dio con la  empresa British Aerospace para la adquisición, mediante contratos de  leasing de ocho unidades RJ-100, con un valor unitario de  aproximadamente $20 millones de dólares. El contrato incluía también el  entrenamiento de tripulaciones y mecánicos. El primer grupo de treinta  mecánicos, y 44 pilotos y copilotos viajaron a Inglaterra para iniciar  sus cursos de certificación. El equipo RJ-100 representaba un gran  ahorro operacional para SAM. Mientras que este avión, era más pequeño  que los 727-100 y 727-200 con solo 100 sillas, no llevaban ingeniero de  vuelo y solo necesitaba tres auxiliares de vuelo abordo. Los RJ-100  tenían cuatro pequeñas turbinas Allied Signal y prometían un consumo de  combustible óptimo y mayor rendimiento operacional en las rutas  nacionales e internacionales de SAM. El primero de los RJ-100 estaba  programado para llegar en junio de 1994. Sin embargo solo hasta el 31 de  agosto se presentó al público en el Terminal Puente Aéreo de Avianca,  la nueva aeronave con matricula N505MM. En septiembre llegaron tres  unidades mas (N506MM, N507MM y N508MM), seguidas por dos más en octubre  (N509MM y N510MM) y dos más en diciembre (N504MM y N511MM).
En mayo de 1994, Gustavo Alberto Lenis, Presidente de Avianca y miembro  de la Junta Directiva de SAM, anunció oficialmente la fusión de las  empresas de propiedad del Grupo Santodomingo, incluyendo a HELICOL en lo  referente a las funciones básicas y de soporte en el área  administrativa y técnica y presentó un nuevo plan para renovar  totalmente la flota de SAM con aviones nuevos de fábrica. Dentro de los  estudios de evaluación se consideraron aviones como el Boeing 737, el  MD-83 y el modelo holandés Fokker F-100. La negociación se dio con la  empresa British Aerospace para la adquisición, mediante contratos de  leasing de ocho unidades RJ-100, con un valor unitario de  aproximadamente $20 millones de dólares. El contrato incluía también el  entrenamiento de tripulaciones y mecánicos. El primer grupo de treinta  mecánicos, y 44 pilotos y copilotos viajaron a Inglaterra para iniciar  sus cursos de certificación. El equipo RJ-100 representaba un gran  ahorro operacional para SAM. Mientras que este avión, era más pequeño  que los 727-100 y 727-200 con solo 100 sillas, no llevaban ingeniero de  vuelo y solo necesitaba tres auxiliares de vuelo abordo. Los RJ-100  tenían cuatro pequeñas turbinas Allied Signal y prometían un consumo de  combustible óptimo y mayor rendimiento operacional en las rutas  nacionales e internacionales de SAM. El primero de los RJ-100 estaba  programado para llegar en junio de 1994. Sin embargo solo hasta el 31 de  agosto se presentó al público en el Terminal Puente Aéreo de Avianca,  la nueva aeronave con matricula N505MM. En septiembre llegaron tres  unidades mas (N506MM, N507MM y N508MM), seguidas por dos más en octubre  (N509MM y N510MM) y dos más en diciembre (N504MM y N511MM).
Avión BAe AVRO RJ-100 de SAM, matrícula N505MM en el Aeropuerto Internacional Gustavo Rojas Pinilla de San Andrés en 1995 (Foto: Javier Franco TOPPER)
Con la adquisición de los RJ-100, la Aeronáutica Civil autorizó nuevas  rutas a SAM. Se empezaron a operar las rutas desde Bogotá a Leticia,  Montería, Riohacha y Valledupar, para lo cual, la autoridad exigió a  Avianca suspender las mismas rutas. También se autorizaron los vuelos  regionales desde Medellín a Capurganá y Chigorodó y posteriormente se  incluyeron destinos como Bahía Solano y Quibdó y desde Cali a Tumaco,  Armenia, Buenaventura y Guapi. Para ello se adquirió una flota de  cuatro  aviones Twin Otter, transferidos de Helicol, también subsidiaria  de Avianca.  El noveno RJ-100 llego al país en septiembre de 1995. Con  este avión, se iniciaron nuevos servicios de Bogotá a Quito, ampliando  la red internacional de servicios.

Publicidad  de SAM en 1995 (Foto: Colección de Jaime Escobar)

Publicidad de SAM (Foto: Colección de Jaime Escobar)
El 25 de mayo de 1996, mientras el avión N509MM cumplía un vuelo entre  Santa Marta y  Medellín, una de sus turbinas se fundió en pleno vuelo.  Después de superar la emergencia, el avión regresó al aeropuerto al  aeropuerto Simón Bolívar sin contratiempos. Este era apenas una de las  múltiples fallas que se presentaron desde el mes de abril. La situación  fue tal que para junio de ese año la Aeronáutica Civil recomendó a SAM  poner en tierra seis de sus aviones RJ-100 hasta que no se les llevara a  cabo un chequeo minucioso de las turbinas Allied Signal que en los  últimos meses habían reportado fallas. A las turbinas se les necesitaban  reemplazar cierta pieza clave después de cierto número de ciclos y esto  no se había realizado. El reemplazo de este componente demoró la puesta  en servicio de los aviones, mientras SAM sufría las consecuencias de  cancelación de frecuencias y multas por parte de la Autoridad. SAM  trató  de suplir sus itinerarios utilizando aviones de Avianca, pero se  presentaron innumerables incumplimientos y cancelaciones. Para octubre  de ese año, el Presidente del Sistema Avianca-SAM, Gustavo Alberto Lenis  anunció el reconocimiento por parte de la British Aerospace y la Allied  Signal de una compensación por lucro cesante por $18 millones de  dólares, mientras los aviones permanecían en tierra. En septiembre se  suspendieron las rutas entre Bogotá y Medellín, Santa Marta, San Andrés,  Cali-Medellín, Cali-Panamá, Medellin-Panama y  Medellín-Barranquilla-Aruba. SAM perdió miles de pasajeros y casi 10  puntos porcentuales de participación en el mercado. Sin embargo, decidió  mantener los aviones defectuosos por un periodo prudencial.

Avión BAe AVRO RJ-100 de SAM, matrícula N505MM,  en el Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón de Palmira (Foto: Andrés Restrepo)

Publicidad de SAM (Foto: Colección de Jaime Escobar)

Publicidad del servicio de traslado en helicóptero del Aeropuerto Internacional José María Córdova de Rionegro al Aeropuerto Enrique Olaya Herrera de Medellín, Agosto de 1998 (Foto: Colección de Jaime Escobar)
 El  6 de enero comenzó a operar el primero de los cuatro aviones Cessna  Grand Caravan, con los que SAM iniciaría  sus operaciones a partir del  2000. Hacia finales del año anterior, siguió teniendo inconvenientes con  cuatro aviones RJ-100, por lo que se anunció la devolución de los  mismos al fabricante inglés British Aerospace y la renovación de la  mayor parte de sus aeronaves. Para la entrada de los Cessna Caravan, se  realizaron inversiones por 700.000 dólares en la preparación de 16  tripulaciones con 32 pilotos y de 6,5 millones de dólares en lo  referente a equipos de vuelo y repuestos. SAM recibió los dos primeros  aviones, el primero inició operaciones en enero con base en Cali para  cubrir vuelos hacia Manizales, Armenia, Popayán, Buenaventura y Guapi,  con un itinerario que se ajusto de acuerdo con las necesidades del  mercado. Armenia, Buenaventura y Manizales serán cubiertas con vuelos  diarios y otros destinos como Guapi y Popayán contarían con tres  frecuencias semanales inicialmente. El segundo avión llegó al país y fue  sometido a la aprobación de la Aeronáutica Civil para iniciar  operaciones. Los cuatro aviones Cessna operaban con base en  Barranquilla, Cali, Medellín y Cartagena, y conectaban  estas ciudades  con destinos regionales cercanos que no venían siendo cubiertos por el  mercado tradicional y que representan una demanda cautiva y contaban con  la posibilidad de convertirse en rutas rentables.

Publicidad de SAM en enero del 2000 (Foto: Colección de Jaime Escobar)
Entre los objetivos de la SAM en su nuevo enfoque regional, estaba  también el de cubrir rutas turísticas como Capurganá, Mompox, Tolú y  Coveñas. Una vez entraron en operación los demás aviones se  implementaron también nuevos destinos como Caucasia, Montería, Magangué,  Valledupar y Riohacha. Además de estos nuevos aviones la aerolínea  contaba con un avión MD-83 y dos Twin Otter. Los Cessna Grand Caravan,  contaban con una capacidad para 12 pasajeros, y dentro de sus  especificaciones técnicas una turbina Prop Pratt & Whitney, que  gozaba de alta confiabilidad por su baja vibración y bajo nivel de  ruido. Así se cumplió el anhelo de SAM de cubrir destinos secundarios,  que habían sido negados en 1981.
La presidencia del Avianca-SAM había decidido entonces asignar aeronaves de Avianca para operar las rutas principales en los colores de SAM. Se le asignó un segundo avión MD-83 y cuatro aviones Fokker F-50. En marzo del año 2000, los aviones RJ-100 fueron devueltos a la empresa constructora y esto marcó definitivamente el principio del fin de la compañía.

 
											 
											 
											