Relato del secuestro del 727 de Aerotal

Avianca y sus Jumbo 747
Aerocosta
Una vez ubicados en CLO, los secuestradores pidieron la presencia del señor Presidente de la Cruz Roja Regional Valle, Señor Carlos Sarmiento, de un representante de la Comisión de Derechos Humanos y del Arzobispo de Cali, Francisco Sarasti para iniciar negociaciones. En su lugar, una comisión de la Gobernación del Valle inicia diálogos solicitando la liberación de mujeres y menores de edad. Hacia las 17:43 el comando repite la petición hecha en Bogotá solicitando combustible y cartas de navegación de todos los países centroamericanos y a las 18:15 aceptan liberar los primeros pasajeros, dos mujeres y un menor de edad. A cambio de la liberación de los pasajeros se les suministraron 33.000 galones de combustible.
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El 727 parqueado sobre la pista en la tarde del 27 de enero de 1982, recibiendo combustible.
A las 18:52 los secuestradores cumplen con el acuerdo inicial y liberan 44 pasajeros más entre mujeres y niños, dicho grupo fue recogido en un bus de Avianca al que se le permitió acercarse a la aeronave y los transportó hasta la terminal donde fueron interrogados por las autoridades militares que en ese momento habían asumido pleno control del aeropuerto. Se conoció en ese instante que el comando armado estaba formado por 7 elementos entre ellos una mujer, la prensa de la época publico una versión de que esta integrante del grupo perdió su cedula de ciudadanía al asomarse por la puerta y esta fue recogida por alguien que la entregó a miembros de la fuerza pública por lo cual fue identificada horas después.
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Primeros rehenes liberados descendiendo de un bus de Avianca y luego bajo vigilancia de tropas del Ejército y la Policía Nacional. (Fotos: Diarios El País y Occidente)

A pesar de la situación, durante las horas siguientes el ambiente permaneció en calma, sin embargo en medio de la oscuridad miembros del Ejército y de la Policía aprovecharon para ubicarse a distancia de disparo de la aeronave en lo que parecía ser una improvisada operación de rescate armado. En medio de las negociaciones un vehículo de la Cruz Roja llevó alimentos y bebidas para las personas a bordo, las luces del vehículo delataron ciertas sombras que correspondían a los miembros de las Fuerzas Armadas, por lo cual, una vez recibidos los elementos de avituallamiento y ante la inminencia de un ataque armado, a las 22:30 ordenan poner en marcha el aparato hacia la cabecera 19 sin comunicar la decisión a la torre de control y abandonar CLO lo mas rápido posible.

Una vez en posición, las Fuerzas Militares percatadas del encendido de motores, organizan una rápida acción: cuando el avión se ubica sobre la cabecera las luces de la pista son apagadas, el avión inicia súbitamente carrera de despegue y simultáneamente, a la altura de la calle de rodaje Delta son atravesados sobre la pista, al lado izquierdo, un camión Ford 600 y al lado derecho un campero Toyota, ambos del Ejército Nacional; en dichos vehículos habían llegado previamente las tropas que habían tomado posiciones frente al 727.

Sin luces de pista los pilotos no advierten la presencia de los automotores colisionando violentamente el camión contra el borde de ataque del ala izquierda y el campero contra el tren de aterrizaje trasero derecho. El piloto aborta el despegue y el avión queda inmovilizado entre las calles de rodaje Delta y Charlie, el impacto es de tal violencia que los 2 soldados que parquearon los vehículos alcanzan a recibir heridas por fragmentos calientes de la aeronave que salen despedidos. En el momento de confusión generado por el choque y el escape de combustible generado por el daño del ala, las tropas que estaban apostadas en su retirada disparan contra las llantas del avión, la rápida respuesta del servicio de bomberos aeronáuticos alcanza la aeronave en cuestión de segundos, rociando espuma sobre la misma y sobre la pista, evitando la posibilidad de que se inicie fuego. Ante la llegada del equipo de extinción de incendios las tropas se repliegan rápidamente hacia el terminal.

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