El informe de IATA sobre la Aviación en Colombia para 2018

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Plataforma del Aeropuerto Internacional Eldorado de Bogotá.

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) hizo un llamamiento a la cooperación entre el gobierno de Colombia y los socios de la industria para impulsar los beneficios económicos de la aviación en la nación.

En su discurso con motivo de la celebración del Día de la Aviación Colombiana —organizado por la IATA y la Asociación Latinoamérica y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA)— Peter Cerdá, vicepresidente regional de la IATA para las Américas, destacó el papel vital de la aviación en el desarrollo económico de Colombia: “la aviación genera más de 600.000 empleos procedentes de la aviación y aporta el 2,1% del PIB nacional. Grandes cifras, sin duda; sin embargo, la contribución de la aviación puede ser mayor si se proporciona un entorno adecuado. Por ejemplo, en Oriente Medio el transporte aéreo genera el 3,3% de todo el empleo y el 4,4% del PIB”.

Cerdá destacó las tres áreas que requieren mayor atención para impulsar los beneficios económicos de la aviación en Colombia.

Desarrollo de las infraestructuras aeroportuarias y del espacio aéreo

El aumento de la capacidad y la mejora de la funcionalidad del aeropuerto El Dorado, Bogotá, es una prioridad. El Dorado gestiona alrededor del 69% del tráfico aéreo del país, una cifra que supera su capacidad. Si se mejora la infraestructura actual, El Dorado podría recibir 40 millones de pasajeros más al año en los próximos años. Y si se construye una tercera pista y una nueva terminal de pasajeros, la capacidad podría incrementarse hasta los 70 millones de pasajeros anuales.

Colombia también necesita seguir avanzando en el nuevo espacio aéreo. “La última reestructuración del espacio aéreo del BOG permitió gestionar más de 90 operaciones/hora, y debemos aprovechar esta mayor capacidad“, apuntó Cerdá. También se puede aumentar la capacidad y mejorar la eficiencia con una nueva reestructuración del resto del espacio aéreo colombiano, que contempla la flexibilización del espacio aéreo militar sobre la base de Palanquero. Su apertura a la aviación comercial podría acortar las rutas entre 12 y 41 millas náuticas, equivalente a un ahorro diario de 15,000 kg en combustible y 46,000 kg en emisiones de CO2.

Reducción de tarifas e impuestos

Colombia es un lugar caro para los negocios. Ocupa casi el último lugar del ranking de una lista de 138 países en términos de coste-competitividad de sus tarifas e impuestos, según el Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial. Los impuestos y tarifas encarecen los billetes aéreos de ida nacionales una de media de 20 dólares, y más de 100 dólares, los billetes internacionales. El Aeropuerto Internacional Rafael Núñez, Cartagena, es un ejemplo del beneficio económico que proporciona la reducción de tarifas e impuestos en los viajes aéreos. En 2015, el aeropuerto redujo su tarifa aeroportuaria de 92 a 38 dólares. La medida tuvo un impacto inmediato en la demanda internacional, que aumentó un 26%, así como en los visitantes internacionales a Cartagena, que aumentaron un 38%.

Regulación inteligente

La desregulación de las aerolíneas en todo el mundo pone de relieve el efecto positivo sobre la demanda. Una regulación excesiva limita la competitividad de los precios y aumenta el precio de los billetes derivado de las sanciones a las aerolíneas por las cancelaciones, a menudo fuera de su control. Para solucionar este problema, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ha adoptado los principios de la Smarter Regulation (regulación inteligente) de la IATA. Como miembro de la OACI, Colombia deberá incorporar estos principios en el desarrollo de su regulación.

Estos principios deben ser:

  • Coherentes: la regulación debe ser coherente entre sí y con los estándares globales y las mejores prácticas.
  • Proporcionales: la regulación solo debe usarse cuando se demuestre su necesidad y sea proporcionales a los problemas que debe abordar.
  • Orientados al riesgo: la regulación debe tener objetivos específicos y bien definidos que respondan directamente a los problemas identificados.
  • Justos e imparciales: la regulación debe aplicarse de manera equitativa y no crear tarifas discriminatorias en ningún grupo en particular.
  • Claridad y certeza: las aerolíneas deben estar bien informadas sobre la regulación vigente, deben conocer qué se espera de ellas y se les debe dar tiempo suficiente para adaptarse a los nuevos requisitos.

Las fuerzas del mercado proporcionan la mejor disciplina comercial. Una aerolínea que no atiende bien a sus clientes hoy no tendrá muchos clientes mañana. Pero los pasajeros quieren poder elegir. Muchos prefieren un boleto no reembolsable si ello significa una tarifa más baja. Y la aerolínea, a su vez, quiere ofrecer una tarifa más baja porque tiene la certeza de que el pasajero viajará. Las regulaciones que impiden que las aerolíneas respondan a la demanda del mercado tienen el efecto de elevar el coste de los viajes para todo el mundo”. ¿Por qué no dar a los pasajeros más opciones y permitir que el transporte aéreo esté al alcance de más personas?“, señaló Cerdá.

En los próximos 20 años, la demanda de los viajes aéreos en Colombia se duplicará o, incluso, se cuadruplicará. Eso significa que, bajo las condiciones adecuadas, la aviación podría respaldar más de un millón de empleos y contribuir con 17.200 millones al PIB en 2037. Ahora es el momento de sentar las bases de ese éxito creando un entorno operativo y regulatorio más favorable“, dijo Cerdá.

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