Durante 2017, varios operadores del Boeing 787 reportaron problemas con sus motores Rolls-Royce Trent 1000. Las fallas estuvieron relacionadas con incidentes de apagado de motor en vuelo o desgastes prematuros encontrados en inspecciones de mantenimiento.
La raíz del problema está en el desgaste anticipado de los álabes del compresor intermedio de la turbina, así como defectos adicionales, en dicho compresor, que fueron descubiertos recientemente. Es importante mencionar que solo se ven afectadas las aeronaves con opción de motor Rolls-Royce Trent 1000, específicamente aquellas con compresor del Paquete C (no afecta a los del Paquete B, Trent 1000 TEN ni a los motores del fabricante General Electric GEnx-1B). Aproximadamente un 25% de las aeronaves Boeing 787 en operación en la actualidad usa este tipo de motor y, en Latinoamérica, aerolíneas importantes como Avianca y LATAM utilizan esta opción para sus aeronaves.
Warren East, CEO de Rolls-Royce, comentó: “Nuestra prioridad está en apoyar a nuestros clientes y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para minimizar el impacto a sus operaciones. Sinceramente lamentamos los inconvenientes que esto causará a nuestros clientes; nuestro equipo de expertos técnicos e ingenieros de mantenimiento está trabajando las 24 horas para asegurarnos de que podremos regresar dichas aeronaves a su 100% de operación tan pronto como sea posible. Estaremos trabajando de cerca con Boeing y las aerolíneas afectadas para minimizar la interrupción del servicio, tanto como sea posible“.
Debido a lo anterior, los operadores afectados tendrán que inspeccionar sus motores con mayor frecuencia y, de encontrar fallas, deberán reemplazar las piezas afectadas. Esto ha significado traumatismos para varias aerolíneas alrededor del mundo. Rolls-Royce ha dedicado un presupuesto de más de 450 millones de libras esterlinas para ayudar a mitigar los perjuicios que esto pueda causar a sus clientes.
En la región, Avianca y LATAM han sido afectadas obligando a Avianca a dejar en tierra 2 aeronaves y a LATAM incluso a enviar un 787 temporalmente a conservación a Victorville, California, el pasado febrero. Adicionalmente, LATAM ha empezado a utilizar los servicios de la aerolínea WAMOS para algunos de sus vuelos.
Durante los próximos meses, y dependiendo del plan de choque de Rolls-Royce, se conocerá realmente qué tan afectadas se verán las aerolíneas, puesto que seguramente significará dejar en tierra varias aeronaves mientras se realizan las tareas de mantenimiento y reparación. Lo más grave que podría pasar, en términos de operación de la flota de 787 global que usa este tipo de motores, es que su certificación ETOPS pueda verse afectada, causando un impacto mayor a los operadores si el tiempo máximo de desviación se redujera por debajo de los 180 minutos.
Fotos: Rolls-Royce.
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