Lecciones aprendidas: Ángel de los Andes 2015

Rescate de un piloto eyectado en el agua
Transporte aéreo en Colombia entre enero y julio de 2015

Lecciones aprendidas: Ángel de los Andes 2015

Ángel de los Andes

Ha pasado un mes desde que finalizó el ejercicio militar Ángel de los Andes 2015, organizado por la Fuerza Aérea Colombiana y que tuvo gran acogida y participación de otros países. Sin duda, las lecciones aprendidas luego de esta experiencia se siguen socializando entre los participantes. Esta es una breve radiografía de lo que fueron esos días.

Hemos compartido con nuestros lectores dos de los varios escenarios que se desarrollaron en este ejercicio: el de atención humanitaria luego de un terremoto y el de rescate de un piloto eyectado en el agua. Estos son apenas dos ejemplos de un amplio trabajo que se realizó entre el 17 y el 27 de agosto pasado, con el centro neurálgico de las operaciones ubicado en el Comando Aéreo de Combate Número 5, la base aérea de la Fuerza Aérea Colombiana en Rionegro, Antioquia.

Allí conversamos con el Teniente Coronel Rodrigo Zapata Romero, Director de Operaciones Especiales Aéreas FAC y Director del ejercicio Ángel de los Andes 2015, quien amplió para nosotros los alcances de lo desarrollado en la actividad.

Un balance inicial es exitoso; la receptividad por parte de los países invitados a la realización, por primera vez, de un ejercicio militar de carácter internacional liderado por la FAC; fue síntoma de confianza.

Esas delegaciones militares fueron divididas en tres categorías: participantes, observadores activos y observadores. Los participantes fueron quienes ejecutaron las maniobras y operaciones en el campo. Aquí estuvo la Fuerza Aérea Colombiana con un numeroso grupo de más de 200 integrantes entre pilotos, médicos, rescatistas, fuerzas especiales; entre otros.

La República Dominicana también participó activamente en las operaciones, con una delegación de 10 miembros integrantes de distintas áreas, entre las que se cuentan pilotos, médicos de aviación, rescatistas y fuerzas especiales. Parte de este personal lo han podido ver nuestros lectores en las imágenes que les hemos presentado en notas anteriores, trabajando conjuntamente con miembros de otras fuerzas y países.

Los Estados Unidos, país cuya doctrina ha sido pieza clave en la organización y operación de muchas de las misiones de las Fuerzas Militares de Colombia, participó con una delegación que incluyó personal de su fuerza aérea con pilotos de aviones de transporte C-130, de combate A-10 y F-16, y de helicópteros UH-60; miembros de fuerzas especiales, paracaidistas, y especialistas en supervivencia, evasión, resistencia y escape.

El Ejército de los Estados Unidos participó con personal de Boinas Verdes, su grupo de fuerzas especiales; mientras que la Armada de ese país estuvo activa con personal del equipo SEAL, el grupo dedicado a operaciones especiales. En total fueron 33 los miembros de los Estados Unidos trabajando en conjunto en el campo.

20 miembros de la Defensa Civil Colombiana también tuvieron participación directa. La experiencia de esta entidad gubernamental en toda clase de tareas humanitarias y de rescate fue valiosa durante el desarrollo de las operaciones. Pero además, la oportunidad de trabajar en conjunto con la FAC, sirviéndose del apoyo aéreo para el traslado, fue una de las lecciones de valor tomadas por la entidad.

De otro lado, los observadores activos fueron aquellos que estuvieron en el área donde se condujeron las operaciones, pero no tomaron parte activa en su ejecución. Estos participantes tuvieron la oportunidad de ver de manera directa estas misiones y, como ya hemos reseñado en algunas imágenes, fue posible ver a representantes de Canadá, Brasil, Perú y Panamá atendiendo a los ejercicios en el terreno.

El Teniente Coronel Higino José de Oliveira, Comandante del Escuadrón Pelícano de Búsqueda y Rescate de la Fuerza Aérea Brasilera, nos comentó su punto de vista sobre Ángel de los Andes: “El ejercicio fue muy positivo y la información que se lleva a Brasil es de gran valor para compartir en futuras operaciones”, afirma el oficial.

Finalmente las delegaciones participantes como observadores estuvieron solamente en el complejo desplegado en CACOM 5 para el ejercicio, viendo la planeación de las misiones, pero sin asistir a su ejecución. En total, 60 militares de 10 países estuvieron en Ángel de los Andes 2015.

Luego de la etapa académica, en la que se presentaron dos casos de éxito en misiones de rescate de la FAC, uno de carácter nacional y otro en misión de apoyo humanitario a Costa Rica, comenzaron las operaciones en el complejo establecido para ello.

El centro de operaciones

En la base aérea de Rionegro se dispuso de un complejo de carpas que sirvieron como centro de operaciones del ejercicio. “Allí se realizó la planeación de las misiones, poniendo en práctica las tácticas, técnicas y procedimientos para su desarrollo de forma segura y coordinada, con la protección de los recursos humanos y físicos empleados”, comenta el Coronel Zapata.

Cada carpa cumplió una función dentro del complejo, con espacios asignados a los participantes activos (Estados Unidos, República Dominicana y la Defensa Civil), una carpa de comando, una carpa médica, una carpa de briefing, otra para los observadores y espacios para los escuadrones de vuelos de la FAC que participaron.

Estos incluyeron 16 aeronaves de distintos tipos, provenientes, entre otros, de los escuadrones 512 de Operaciones Especiales, 212 de Combate, 311 de Combate “Dragones” y 312 de Combate “Drakos”. Equipos de ala fija de combate, inteligencia, transporte y evacuación médica; y de ala rotatoria.

Los paquetes de misiones que se pudieron poner en práctica, el elevado número de personal de la FAC y todo el sistema de apoyo para desarrollar el ejercicio en los escenarios dispuestos en Rionegro y en la base aérea de Palanquero, significaron un reto operacional para la fuerza. Tal y como indica el Coronel Zapata, la institución debía mantener el nivel de operatividad regular en sus misiones de defensa de la nación y de apoyo a las operaciones militares del día a día, incluso contando con una importante parte de su personal y equipos dedicada al ejercicio. Esto fue un reto, pero también un logro para Ángel de los Andes.

El complejo operacional sirve también para realizar los debriefing de cada operación, una tarea en la que se verifica si se cumplieron las misiones de acuerdo a lo planeado inicialmente. La preparación, la estandarización y el entrenamiento son piezas claves para lograr esto. “Los participantes han visto que se ejecutaron las misiones planeadas sin afectaciones a la seguridad o al equipo, donde las dificultades operacionales se sortearon de la mejor manera y se ha salido avante de ellas, donde los objetivos propuestos de lograr la interoperabilidad se han logrado”, destaca el Coronel Zapata.

Sin embargo, a pesar de la variedad de ejercicios internacionales desarrollados en la región, y del éxito que tuvo dentro de sus participantes Ángel de los Andes 2015, persisten diferencias operativas entre países. Pero precisamente el reto es llegar a reducirlas al máximo para poder operar de forma conjunta en misiones de rescate en combate y humanitario.

Uno de los aspectos más destacado por quienes estuvieron en el ejercicio fue el realismo con el que se presentaron los escenarios. Gracias al apoyo de otras agencias, como el Cuerpo Voluntario de Bomberos de Envigado, fue posible reunir hasta 50 personas que hicieron las veces de víctimas en los ejercicios. Un maquillaje realista, pero, sobre todo, una convincente actuación realzaron a efectividad de la tarea. Fue posible ver a los participantes actuando de forma eficaz bajo la presión de un herido que requiere con insistencia ayuda médica.

También quedó resaltado el hecho de que la realización de misiones de rescate en combate y humanitarias en Colombia se desarrolla en condiciones especiales. Los participantes vieron cómo la experiencia se ha ganado en escenarios reales de combate, bajo un conflicto latente y de grandes proporciones. Esta es una situación que las delegaciones de varios países no han enfrentado, por lo que el valor de Ángel de los Andes es importante también desde este aspecto.

Todas estas lecciones quedan en la mesa para organizadores y participantes. Ángel de los Andes espera su segunda edición para el 2017, año en el que se incorporarán las lecciones aprendidas de esta primera experiencia.

Lecciones aprendidas: Ángel de los Andes 2015

Lecciones aprendidas: Ángel de los Andes 2015

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