El 17 de diciembre de 1935 voló el primer Douglas DC-3. 80 años después su legado sigue vivo. En Villavicencio, Colombia, uno de los lugares donde todavía opera como avión comercial, se celebró con entusiasmo su cumpleaños. Asistimos a esta emotiva conmemoración.
La mañana gris y lluviosa que vistió al aeropuerto Vanguardia no fue excusa para que la actividad no se llevara por lo alto. Con más de una docena de aviones en estado operativo, Villavicencio reúne en un solo lugar una de las cantidades más grandes de DC-3 que aun vuelan en el mundo. (Lea aquí: Douglas DC-3)
Muchos la conocen como “la capital del DC-3” y no es para menos: desde allí vuelan diariamente estos aviones conectando las regiones apartadas del suroriente de Colombia en una operación comercial que muchos considerarían imposible.
Pero la frase “el único reemplazo de un DC-3 es otro DC-3” aplica con mucha exactitud en este lugar. Las condiciones económicas, sociales, políticas, demográficas y geográficas de la otra mitad de Colombia, han llevado a que este avión siga vigente y prestando un servicio invaluable para el país.
Aceptar que la realidad de esas regiones apartadas muestra condiciones de atraso y dificultades para sus habitantes, no quita el hecho de que el avión ha permitido suplir muchas de sus necesidades y sirve como un enlace vital de conexión a lugares donde solamente se puede llegar en avión.
Las tres toneladas de peso que puede acomodar en su interior, el número de pasajeros y la capacidad de llevar carga voluminosa; lo diferencian de otras aeronaves más modernas, pero con características que las hacen menos rentables en las largas rutas de hasta cuatro horas por sobre la selva colombiana. Además, las condiciones de operación en muchos de estos aeródromos impiden que lleguen allí aviones modernos de mayor tamaño.
Por eso el DC-3 es una pieza clave en la economía de la otra mitad de Colombia y Villavicencio, como centro neurálgico de toda su operación, es el escenario ideal para conmemorar los 80 años de su primer vuelo.
En Santa Mónica, California, se desarrolló esta aeronave que es el resultado de los modelos DC-1 y DC-2 de 1933 y 1934 respectivamente. Estos aviones diseñados por Douglas Aircraft Company –de allí las letras DC: Douglas Commercial-, bajo la tutela del ingeniero Arthur Emmons Raymond, buscaban presentar un avión de pasajeros moderno y que mejorara las prestaciones del, entonces, mejor equipo de su tipo: el Boeing 247.
Para 1935, con el interés de American Airlines de contar con un avión más capaz y moderno, se desarrolló el Douglas Sleeper Transport, llamado luego DC-3, y que revolucionaría el mercado de transporte de pasajeros gracias a su diseño que lo hacía veloz, cómodo, rentable y seguro. Este avión voló el 17 de diciembre de 1935 y entró a operar inmediatamente después.
A partir de allí comenzó una larga historia que lo ha llevado durante 80 años a estar presente en la aviación. Más de 16.000 unidades se construyeron en Estados Unidos, y bajo licencia en la Unión Soviética como Lisunov Li-2, y en Japón como L2D Type 0.
Los DC-3 construidos para pasajeros únicamente totalizaron algo más de 600 unidades. Pero la Segunda Guerra Mundial significó el estallido de la producción de su versión militar: el C-47. Los miles de aviones que se fabricaron quedaron disponibles luego de la guerra a precios muy económicos, lo que lo convirtió en el avión preferido por miles de aerolíneas en el mundo, todo a un bajo costo y con una eficiencia probada.
Es por eso que hoy, a pesar de haber cumplido 80 años, el DC-3 continúa en servicio en varias partes del mundo. Cerca de 400 operan de manera regular en vuelos de exhibición, paracaidismo, transporte de carga, pasajeros o de manera privada. Es posible que por su durabilidad se convierta en el primer avión en cumplir 100 años en servicio. Y la enorme cantidad construidos, además de la durabilidad y eficiencia, han hecho que todavía existan suficientes piezas de recambio para mantenerlos en vuelo.
La celebración
El Capitán Joaquín Hernán Sanclemente Bedoya, Comandante de DC-3 con cerca de 22.000 horas de vuelo en el equipo, organizó esta pequeña y significativa actividad en el aeropuerto Vanguardia de Villavicencio, todo con el apoyo de las empresas privadas de la región, la administración del aeropuerto, el personal de bomberos aeronáuticos, y colaboradores. Cuatro aviones se estacionaron en la plataforma: los HK-1175 y HK-3292 de Air Colombia, el HK-2663 de Arall, y el HK-1315 de Allas.
Luego de las fotografías de rigor, el HK-1175 partió con un vuelo regular de pasajeros. Su hermano, el HK-3292, despegó luego con el Comandante Sanclemente a los mandos. El avión realizó dos pasadas bajas sobre la pista del aeropuerto y aterrizó luego por la pista 23. Los aviones de Arall y Allas formaron una fila detrás del de Air Colombia y cruzaron bajo el arco de agua presentado por las máquinas de bomberos aeronáuticos.
Luego se realizó una pequeña reunión donde se brindó por este importante cumpleaños y se recordaron algunas de las cientos de historias acumuladas entre quienes operan el DC-3 en Villavicencio. Así finalizó la conmemoración de estos 80 años de historia, en los que Colombia ha estado presente durante 75.
En 1940 Avianca recibió sus dos primeros DC-3, los aviones registrados C-100 y C-101. Estos lideran la larguísima lista de aviones de este tipo que han volado en el país con muchas empresas, además de las Fuerzas Armadas. Hoy en día la Fuerza Aérea Colombiana y la Aviación Policial operan la versión modernizada por Basler, el BT-67. La FAC cuenta con unidades armadas conocidas familiarmente como Fantasma, mientras que la Policía lo opera como avión de transporte y enlace.
Otras compañías que vuelan el DC-3 en Colombia son: Aliansa –que ya cuenta con una versión turbohélice modificada en Suráfrica-, Sadelca y Laser Aéreo. Otros varios se encuentran exhibidos; la base aérea de CATAM en Bogotá cuenta con uno, mientras que la base de CAMAN, en el municipio de Madrid, Cundinamarca, exhibe otra unidad. El Museo Aéreo Fénix cuenta hoy con dos de estos aviones en excelente estado de conservación. Muchos otros están en el país, incluso como curiosos monumentos. Tal es el caso de la escuela de aviación Protécnica que tiene la nariz de un DC-3 en la fachada de su sede en Bogotá (Lea aquí: Los DC-3 del Museo Aéreo Fénix)
Así pasan los primeros 80 años del DC-3, un avión que voló por primera vez 32 años después de que lo hicieran los hermanos Wright y que permanece como uno de los ejemplares que cambió, no solo la historia de la aviación, sino la historia del mundo. Su legado y trascendencia son tan amplios que para reseñarlos se han escrito cientos de textos. El rugir de sus dos motores Pratt & Whitney R-1830 sigue sonando en el mundo, acumulando hechos significativos para una de las historias más ricas en la aviación.
Galería de imágenes
Cuatro DC-3 estacionados en la plataforma de Villavicencio para celebrar los 80 años de su primer vuelo
Pilotos y sus aviones
Tres DC-3 desfilan por la pista del Vanguardia, con un ATR-42-600 de menos de un año de construcción estacionado
Los tres aviones pasan bajo el arco de agua
Villavicencio concentra cerca de 12 aviones DC-3 operativos
Celebración con tripulaciones, personal del aeropuerto, técnicos, bomberos y controladores
Los DC-3 en Colombia conectan regiones apartadas del país con el interior
Día a día los DC-3 vuelan hasta cuatro horas a lugares como Taraira, donde son el único medio de enlace
El motor Pratt & Whitney R-1830, flanquea el aeropuerto Vanguardia abajo
Un DC-3 de Air Colombia sobrevolando Villavicencio
El Capitán Joaquín Sanclemente a los mandos de un DC-3