Han pasado varias semanas desde la finalización de la quinta F-AIR Colombia, pero las emociones vividas durante los cinco días del evento aún están latentes en los amantes de la aviación. El Capitán de la Fuerza Aérea Colombiana, Gildardo García, uno de los pilotos del Equipo Acrobático Arpía 51, comparte su experiencia durante la revista aérea: “Todo ocurrió el 6 de julio de 2011 a las 11:40 horas, se había inaugurado la Quinta F-AIR Colombia y estábamos listos para iniciar la presentación de las maniobras que, por vez primera, íbamos a realizar tres helicópteros Arpía ante un público ansioso de presenciar una de las exhibiciones aéreas más emocionantes, tomar unas buenas fotos y llevarse un recuerdo, muy posiblemente para toda la vida, de unos helicópteros haciendo acrobacia.”
El rumor era que la presentación de los Arpías iba a ser la más vistosa, por ser la que más cerca a la tribuna se hacía y a la altura de recuperación más baja. En mi pecho había una mezcla de emoción, felicidad y miedo, producto de la adrenalina que se siente en momentos de mucha tensión, pero en el fondo de la conciencia sabía que no podía cometer ni un solo error, ya que, por más méritos que tenga para la Fuerza Aérea Colombiana realizar una Feria Aeronáutica de esta envergadura, un pequeño error, una colisión o un accidente serían catastrófico para nuestras vidas, el futuro de la Feria y para el prestigio de la Institución.
Escuchamos en el radio al Capitán Jorge Delgado avisando “¡ya Arpías, inicien, inicien ya, háganle, salgan, salgan ya!”. Todo estaba listo, era la hora de demostrar lo que habíamos entrenado, fue así como el silencio de la radio, que creaba todavía mayor tensión, fue interrumpido de nuevo por la voz del Señor Teniente Coronel Carlos Muñoz, líder de los Arpías, ordenando “despegando en 5” y así salíamos a vuelo.
La coordinación, disciplina y sangre fría, son claves para mantener la compostura en esos momentos de mucha emoción. Llevamos las tres aeronaves a la pista y después de una breve presentación dimos inicio al show con una combinación de acrobacias en las que los Arpía líder y número 2 realizan la maniobra Arpía, y el Arpía 3 hace una Tibelina. En esa maniobra, la Tibelina, se lleva al helicóptero en ascenso a una posición de velocidad cero y con un pitch de 90 grados hacia arriba, para luego iniciar una guiñada de 180 grados por la derecha y definir un descenso en la vertical, para luego iniciar una caída hasta recuperar a la misma altura a la que se comenzó.
Es allí donde hay una lucha entre dos partes dentro de en uno como piloto: por un lado está la seguridad absoluta de que la aeronave es capaz de hacer la maniobra y muchas cosas más, incluso más extremas. Por otro lado, está la presión como piloto de tener la habilidad y la certeza de ejecutar cada movimiento con suma exactitud y en el momento preciso para que la maniobra sea segura y no terminar con la aeronave descontrolada o en posiciones anormales.
La Tibelina es una maniobra demostrada por el piloto alemán Gerhard Thyben a los pilotos colombianos durante los años 50.La mente queda aislada, todo parece flotar y se siente como si en ese instante no existiera nada más, como si todo quedara en silencio. En ese momento están solos el piloto y la aeronave, fundiéndose como un ser único, como si el fuselaje fuera la extensión misma del cuerpo, es la única forma de entender el comportamiento del Black Hawk, sus características más íntimas y saber, por los sonidos de los motores y el rotor principal, por los cambios de actitud, la variación en las presiones y las luces en el panel de precaución, si vamos bien o mal. Se llega al punto de verlo, no como una máquina, sino como un ser, un amigo, uno mismo fusionado allí, con quien se habla y se comparte cada fase del vuelo, sentirse que uno no quiere despegarse de los controles.
Porque es delicioso volarlo, por las emociones tan extremas de saber que es capaz de llevarlo a uno al límite y entender que es una aeronave majestuosa, a la que hay que amarla, respetarla, conocerla, hablar con ella. A través de los años junto a él se desarrolla una confianza absoluta, al punto de confiar en él como un amigo fiel. Pero hay que estar a su altura para no defraudarlo y volarlo bien.
Después de la primera parte, nos alistamos para la maniobra Arpía: los helicópteros 2 y 3 toman una referencia con el líder a 45 grados atrás y a dos rotores de distancia y a la voz del líder de “Maniobra Arpía, TOP”, se establece un pitch de 15 grados arriba manteniendo la altura y se comienza una aceleración hacia atrás hasta alcanzar 60 nudos indicados por GPS. A la orden de “Arpía, TOP”, se lleva el cíclico hacia adelante para que el helicóptero cambie la energía que lleva hacia atrás, a un ascenso vertical en retroceso hasta alcanzar velocidad cero y una actitud de 90 grados de pitch abajo, para luego iniciar la recuperación a la misma altura con la que inició.
Considero que esta maniobra es la más complicada de todas porque van volando las tres aeronaves simultáneamente y todo debe salir perfecto, ya que perder de vista al líder por una milésima de segundo, podría llevar a cruzarse en la trayectoria del otro helicóptero y terminar en un accidente. Pero fue el entrenamiento arduo en tierra, en vuelo, en la sala de briefing, en las charlas en el bar, en el “chenterito”, que se va perfeccionando cada maniobra hasta que se sabe qué hacer y qué no.
Fue un honor haber pertenecido al Equipo Acrobático ARPÍA 51, fue mi sueño desde copiloto cuando veía a mi Mayor José Rizo “Coyote” comenzar la creación de estas maniobras. Era un reto personal saber si tendría algún día la oportunidad de hacerlas cuando llegara a piloto comandante de UH-60 y si estaría a la altura de las circunstancias. Es por eso que considero como un regalo y un sueño cumplido que el equipo UH-60 me haya permitido vivir esta experiencia, lógicamente todo bajo el poder de Dios.
También me queda una gran enseñanza: que el éxito de una feria aeronáutica, con estándares de seguridad tan altos como los de la F-AIR 2011, radica en el profesionalismo del personal de tierra y en el entrenamiento para el show aéreo. La constancia que pusimos todos los miembros del equipo ARPÍA 51 en todos los días y noches de entrenamiento, practicando, haciendo curso de loco con helicópteros de juguetes en las zonas verdes de la Base de Cali, de la Base de Palanquero y la Base de Rionegro antes de volar, a las filmaciones de los camarógrafos que lograban captar los errores en sus videos y que luego analizábamos. Gracias a la paciencia del Capitán Jorge Delgado, que nos acompañó de día y de noche corrigiéndonos con la preocupación de que todo saliera bien.
La seguridad y el hecho de que no hubiera ocurrido ningún accidente durante la Feria, es fruto del esfuerzo, dedicación, compostura, disciplina, compromiso y ganas que cada uno pone para que todo salga bien, ya que la vida es una sola y un error puede acabar con ella.
Debo agradecer a Dios por habernos permitido volar y regresar a tierra sanos y salvos para descender de las aeronaves, para recibir las muestras de cariño que nos brindaron los asistentes a la Feria, cuando nos acercábamos a ellos después de las presentaciones. Creo que se sintieron orgullosos de contar con una Fuerza Aérea que se esmera por acercarse a la población civil para que la conozcan un poco más.
Lo que tal vez muchos no sabían era que el único lugar en el mundo en donde se pueden apreciar a los helicópteros Black Hawk haciendo acrobacias es Colombia, si lo supieran tal vez hubieran aplaudido con mayor fuerza.
Pero no me quejo, porque casi nos rompen los huesos con los abrazos que nos daban en el momento en que terminábamos cada presentación.
Equipo Acrobático Arpía 51:
LÍDER:
Teniente Coronel Carlos Alberto Muñoz Martínez “Dragón”
Capitán Héctor Manosalva “Atos”
ARPÍA 2:
Mayor Iván Darío Gómez Villegas “Marciano”
Capitán William Escobar Reinoso “Arcángel”
ARPÍA 3:
Capitán Gildardo García Galvis “Depredador”
Capitán Álvaro Landínez “Tifón”
Nuevamente compartimos los videos de la emocionante revista aérea de los helicópteros Arpía durante la F-AIR 2011:
Fotos y Videos: Aviacol.net