El 2021 comenzó como un año promisorio y de esperanza para la recuperación socioeconómica global con el inicio de las campañas de vacunación.
La salud y la seguridad son y serán la prioridad número uno; por ello, la industria aérea ha venido respaldando y acompañando a los Estados en sus esfuerzos por evitar la propagación de la COVID-19 mediante la solicitud de pruebas a pasajeros internacionales y la implementación de rigurosos protocolos multicapas de bioseguridad en todas las etapas del viaje.
Sin embargo y aunque exista un sistema de rastreo, se observa la reimposición de medidas que habían sido suspendidas, como por ejemplo cuarentenas encima de la exigencia de pruebas y tests, así como también nuevas prohibiciones de vuelos hacia ciertos destinos. Todo esto supone un retroceso en los esfuerzos por recuperar numerosos sectores económicos, como lo son viajes y el turismo, entre otros.
Es en este sentido que desde el Consejo Internacional de Aeropuertos de América Latina y el Caribe (ACI-LAC), la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés) y la Organización Civil de Proveedores de Servicios de Navegación Aérea (CANSO por sus siglas en inglés) se expresa preocupación ante las intempestivas medidas y restricciones que afectan los viajes aéreos en la región de América Latina y el Caribe y reitera su llamado a los gobiernos para trabajar articuladamente en la adopción de medidas equilibradas y estandarizadas basadas en la evaluación de riesgos y costos de oportunidad para la población, que se ve directamente vulnerada por las restricciones que afectan millones de empleos en nuestros países.
“Los aeropuertos de la región han constatado una recuperación sostenida -aún muy paulatina- desde junio pasado, alcanzando en noviembre de 2020 el 45% del total de pasajeros de noviembre de 2019. Ha sido un esfuerzo conjunto por recuperar la confianza de los pasajeros y brindar una experiencia de viaje completamente segura. Los aeropuertos han sido muy estrictos en la implementación de protocolos sanitarios. Además, la aplicación de pruebas previas en lugar de cuarentenas ha demostrado ser una alternativa sumamente eficaz, generando confianza a los viajeros y contribuyendo a la reactivación de los viajes y el turismo. Con la llegada de los meses de verano en el Cono Sur de la región esperábamos una recuperación más acelerada; sin embargo, la imposición de nuevas medidas y restricciones restará incentivos para viajar”, comenta Rafael Echevarne, Director General de ACI-LAC.
“Entre enero y noviembre de 2020, las aerolíneas que operan en la región transportaron cerca de un 40% del total de pasajeros transportados en ese periodo de 2019. Noviembre marcó un hito con cerca de 16 millones de pasajeros en la región (45% del total de noviembre 2019) gracias a la reactivación de prácticamente todos los países de la región. Esto demuestra que existe interés y necesidad en viajar, por tanto, no podemos volver a los cierres de fronteras ni reimponer obstáculos a los pasajeros. Reiteramos la disposición para trabajar con los gobiernos en la implementación de mecanismos efectivos y sostenibles que garanticen la salud de pasajeros y ciudadanos, mientras recuperamos la conectividad y este importante sector económico”, comenta José Ricardo Botelho, Director Ejecutivo & CEO de ALTA.
“Hacemos un nuevo llamado a los gobiernos para que apliquen las normas internacionales para la detección del COVID-19, no podemos volver a actuar como al principio de la pandemia, cerrando fronteras o aplicando cuarentenas cuando hasta la propia Organización Mundial de la Salud ha señalado que el virus no se controla de esta manera. Es imposible reducir la exposición a cero, pero hay estrategias inmediatas de gestión de riesgos. Como industria establecimos protocolos que garantizan la seguridad de los viajes, nuestra prioridad. Por eso debemos gestionar cómo vivimos con el virus sin poner en riesgo millones de puestos de trabajo, sin paralizar las economías que dependen de la aviación porque no hay otras alternativas de transporte rápido, seguro y fiable. El transporte aéreo es clave para la conectividad de los países, más todavía cuando la logística de las vacunas exige enlaces eficientes para asegurar las entregas”, sostiene Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas.
“La pandemia de COVID-19 ha creado un desafío significativo para la aviación y un enfoque importante en este momento es coordinar el reinicio de la industria. La recuperación mundial ha sido desigual, con algunas regiones que experimentaron caídas en los volúmenes en los últimos meses, mientras que otras están experimentando una recuperación lenta y continua en los números de vuelos. Por ejemplo, el crecimiento más significativo se observó en el Caribe, donde se agregaron 900 vuelos diarios adicionales a finales de octubre y noviembre de 2020. Además de prepararse para el reinicio, las organizaciones de toda la industria se enfrentan a un desafío financiero sin precedentes y aunque entiendo las importantes medidas que se están implementando para proteger al público y, a medida que avanzamos hacia la nueva normalidad, hacemos un llamado a los gobiernos para que coordinen y apoyen al sector de la aviación mientras dure esta crisis,” expreso Simon Hocquard, Director General de CANSO.
Reiteran además la importancia que tiene para esta industria la previsibilidad regulatoria tanto para garantizar su cumplimiento como para brindar confianza a los pasajeros. Aerolíneas, aeropuertos y proveedores requieren de cierta antelación que permita una planificación adecuada para operar de manera eficiente y segura. Por otro lado, los pasajeros planifican sus viajes con anticipación y el cambio de requerimientos genera incertidumbre y desincentivos para viajar.
De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (OMT), en 2020 la industria del turismo mundial retrocedió 30 años, con mil millones menos llegadas de viajeros y pérdidas aproximadas de 1.1 billones de dólares en ingresos provenientes del turismo internacional. Por su parte, el Consejo de Viajes y Turismo (WTTC) ha informado que alrededor de seis millones de empleos en la industria de viajes y turismo y más de 110 mil millones de dólares (US) de contribución al PIB están en riesgo solo en Latinoamérica y el Caribe.
La disponibilidad de una vacuna es una gran noticia para la población, pero esperar por la vacunación masiva para levantar las restricciones terminaría haciendo más daño. Contar con protocolos estandarizados y solicitar pruebas previas a los pasajeros asegurará que mantener las fronteras abiertas no represente un riesgo de contagio, al tiempo que se continúe el camino de la recuperación.
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