Accidente aéreo en Nueva York revivió el problema con las aves en varios aeropuertos del país

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Con aves robots, perros, voladores y hasta con halcones traídos de Perú, las autoridades han luchado contra las aves que interfieren en la ruta de los aviones en Colombia.

 
Y aunque los incidentes aéreos de este tipo no han sido graves en nuestro territorio, los plumíferos para la aviación son una amenaza real y esto quedó en evidencia con el accidente del Airbus de US Airways, en Nueva York, que cayó el jueves pasado al río Hudson por culpa de una bandada de pájaros, que se metieron en sus turbinas.

En Colombia, los gallinazos se han estrellado con avionetas, jet comerciales y hasta con el avión de la Presidencia, como ocurrió en junio del 2006 cuando uno de ellos impactó el FAC 0002, en el que iba la primera dama, Lina Moreno de Uribe, antes de aterrizar en Montería.

Según la Aeronáutica Civil, las zonas de riesgo por peligro aviario, como se llama esta amenaza, están localizadas en Barranquilla, Arauca, Medellín, Bucaramanga, Leticia, Puerto Asís y Pereira.

El caso más crítico ha sido el del aeropuerto Ernesto Cortissoz, de Barranquilla, que registra un promedio de 6 impactos anuales de aves migratorias y carroñeras (gallinazos, goleros o chulos) contra aviones, informó el biólogo William Agudelo, funcionario de la empresa Aeropuertos del Caribe S.A, que maneja la concesión del aeródromo.

Según normas internacionales, con más de 5 impactos por cada 10 mil operaciones se deben ajustar los controles de fauna. El rango de Barranquilla es de 2,5 impactos por cada 10 mil operaciones, agregó.

El incidente más reciente se produjo el 5 de marzo del año pasado en un avión de Avianca, impactado por un ave migratoria en el radar, lo que provocó una fisura en la parte delantera de la nave. El hecho ocurrió en momentos en que el aparato despegaba y obligó su regreso a tierra.

"La inadecuada disposición de los residuos sólidos de sectores subnormales cercanos al aeropuerto, en jurisdicción de Soledad y Malambo, nos crearon en un radio de 13 kilómetros alrededor del terminal un inventario de 50 basureros que se convirtieron en focos de estas aves", explicó Ángel Cabrera, coordinador de operaciones.

La abundancia de gallinazos provocó que la Aeronáutica Civil restringiera durante un año la navegación, pero el 9 de noviembre del año pasado las operaciones se abrieron nuevamente las 24 horas.

El funcionario aclaró que estos vertederos fueron erradicados y que ahora las operaciones aéreas se realizan con más confianza.

Persiguiendo aves

Para ahuyentar las aves, la empresa concesionaria ha recurrido a pruebas con un robot en forma de halcón, a perros y al uso de pólvora.

"Tenemos un personal exclusivamente en las labores de patrullaje diario para controlar el peligro de las aves. Actualmente estamos utilizando voladores y explosivos para dispersarlos. También, hemos tomado controles como la erradicación de charcos, humedales y corte de pastizales para que no lleguen a beber ni a alimentarse", dijo Cabrera.

Ahora, agregó, quieren implementar la cetrería, con halcones amaestrados.

En Pereira ya usaron halcones, criados en Perú, para reducir los gallinazos que rondan el aeropuerto Matecaña.

La preocupación por la presencia de gallinazos, garzas de ganado, torcazas, alcaravanes y golondrinas llevó a esta ciudad a establecer un Comité de peligro aviario desde el 2003, pero se intensificó debido al accidente de 21 de abril del 2007, cuando un gallinazo impactó con la cabina de una avioneta, hirió al copiloto y a dos pasajeros.

El programa de cetrería, con halcones importados, fue establecido el 11 de abril. Sin embargo, por sus altos costos (200 millones de pesos al año) se frenó la iniciativa. Desde entonces, se acude a los voladores para espantarlos y se persiguen los nidos de estas aves en los alrededores.

En el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, ubicado en Palmira pero que sirve a Cali, se construye a 4 kilómetros una estación de transferencia de basuras que ya algunos ven como una amenaza para la aviación.

El congresista vallecaucano Roy Barreras le pidió a la Aeronáutica que se pronuncie sobre esto. "La ubicación de una estación de transferencias de basuras aumenta el riesgo de que los aviones se accidenten por aumento de aves de rapiña, como sucede en Barranquilla", dijo.

Un caso ejemplar hasta ahora es el de la capital araucana, donde se conminó a la Empresa Municipal de Servicios Públicos (Emserpa) a trasladar el basurero, que se encontraba a menos de un kilómetro del aeropuerto Santiago Pérez Quiroz.

La solicitud se hizo después de que varios gallinazos estuvieron a punto de colisionar con avionetas y aviones comerciales, como en enero del año pasado, cuando un avión de Satena debió aterrizar de emergencia tras sortear a una docena de aves.

El basurero fue trasladado del lugar en junio del año pasado y no se han registrado nuevos incidentes.

Fuente: El Tiempo – Editado Aviacol.net

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