- Lun Dic 16, 2013 10:38 pm#54731Tomado de Portafolio
Nov 29/2013
DURA PRUEBA PARA AVIANCA Y PASAJEROS
Varios días de malas condiciones meteorológicas terminaron en un caos en el que 77 vuelos de Avianca fueron cancelados entre jueves y viernes con más de 5.000 viajeros afectados. En particular, el caos se vivió en el Puente Aéreo de Bogotá, donde se atienden los vuelos domésticos.
Con el represamiento y las demoras continuas, llegó el momento, la noche del jueves, en que numerosos pilotos, que no estaban volando con la frecuencia normal, cumplieron sus tiempos reglamentarios, lo que obligó a las cancelaciones masivas.
Al amanecer de ayer, cuando se vivía lo peor de la situación, el presidente de la compañía, Fabio Villegas, llegó en un vuelo de São Paulo, y, en medio del caos en la terminal, ayudó a atender a los pasajeros y se reunió con las autoridades de Aeronáutica Civil y la Ministra de Transporte.
Santiago Castro, director de la Aeronáutica Civil, declaró estar trabajando conjuntamente con Avianca para solventar el problema lo antes posible y aseguró: “Vamos a sancionar y no nos temblará la mano, lo importante es que se les solucione el problema a las personas”.
Por otra parte, la ministra de Transporte, Cecilia Álvarez, dijo: “No es posible que se presente esta situación justo antes de iniciar la época de vacaciones. Quiero una operación que fluya mucho este diciembre, que tengan planes de contingencia”. En ese sentido, se ordenó a la Aerocivil y la Supertransporte investigar a Avianca por el caos.
La compañía tomó medidas como ajuste de itinerarios, prioridad a las conexiones, exoneración del pago de penalidad por cambio de vuelo y, por último, refuerzo de personal y procesos.
Frente a este caos aéreo, Jaime Hernández, presidente de la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles (Acdac), aseguró que “Avianca está operando al cien por ciento, y no puede. Hay saturación del espacio aéreo, sumado al caos operacional interno de Avianca y la falta de personal en la aerolínea, desembocan en este colapso”.
El capitán José María Jaimes, presidente de la Organización de Aviadores de Avianca (Odeaa), declaró que “las aerolíneas crecerán un 18 por ciento y El Dorado no va a tener donde meter a la gente”.
VÍCTIMAS DEL CAOS AÉREO
El caos sumió a muchos pasajeros en la desesperación. Según el testimonio de un pasajero proveniente de Medellín y que aterrizó en el Puente Aéreo en torno de la medianoche del jueves, el piloto les informó que había una demora para acceder a la plataforma, pues esta había sido invadida por cerca de 30 personas que protestaban por la cancelación de un vuelo a San Andrés.
John Cardona, otro viajero que se dirigía de Bogotá a Armenia, declaró que llevaba más de 11 horas en El Dorado y que pasó la noche en la terminal porque Avianca no le ofreció ni alojamiento ni comida. Por el contrario, Elkin Doria, cuyo viaje de Bogotá a Montería fue cancelado y tuvo que esperar a que le reubicasen en otro, al día siguiente, tras más de 15 horas de demora, declaró que la aerolínea le dio alojamiento y comida en el Sheraton, en las cercanías del aeropuerto.
En Popayán, para el vuelo 9246, que partía hacia Bogotá a las 2:50 de la tarde, una pasajera asegura que la línea aérea les sugirió que fueran por su cuenta hasta Cali, para tener el regreso a la capital. En este caso, cada pasajero debió asumir el costo del transporte terrestre –2 horas– para poder llegar al destino.
CANCELADO EL 9 POR CIENTO
La aerolínea Avianca canceló ayer casi el 9 por ciento de sus operaciones nacionales programadas para este viernes. La compañía aérea, que tiene casi el 60 por ciento de las operaciones nacionales, suspendió en el día de ayer 33 vuelos -de los cerca de 380 que opera diariamente-.
Por su parte, LAN, con el 17 por ciento de las operaciones nacionales, canceló un vuelo -de los 136 diarios-, que iba con destino a Ibagué. La cancelación no la causaron las condiciones meteorológicas de Bogotá, sino el mal clima en el aeropuerto Perales, de la capital tolimense. La única que se salvó de los efectos del invierno fue Copa (antes Aerorepública), pues no reportó la cancelación de ningún vuelo.
Las cancelaciones y las restricciones provocaron un efecto dominó y redujeron de 80 a 15 las operaciones por hora. Los pilotos se quejaron porque los tiempos en que una nave aterriza y vuelve a despegar pasaron de 25 a 90 minutos.