En 1924 llegó por primera vez a Colombia, el ingeniero Luis H. Coulson con el propósito de iniciar el montaje de unos molinos para dos compañías harineras en Barranquilla.
Una vez terminados los trabajos, regresaría a su ciudad natal de Steelville en Missouri. Sin embargo, el joven ingeniero se prendó tanto de la tierra colombiana que regresó en 1931, después de una estadía en México, donde se había casado con una bellísima y agraciada mexicana.
Luis H. Coulson dedicó su vida a la creación de un gran número de empresas, entre las cuales se cuentan varias en el campo de la aviación comercial. Fue socio fundador en 1945 de la Sociedad Aeronáutica de Medellín Consolidada SAM y en 1971 de las Aerolíneas Centrales de Colombia ACES. Su nombre estuvo también estrechamente ligado al desarrollo ganadero y de exportación de banano de la región de Urabá.
Luis H. Coulson “El Abuelo”
Foto: Revista 30 años de TAMPA vía Jaime Escobar
En 1973, el ingeniero Coulson, a quien cariñosamente le llamaban “El Viejo”, le sumó a su ya extensa actividad empresarial, la creación junto con el Capitán Juan Mesa y de Aníbal Obando, de la compañía Transportes Aéreos Mercantiles Panamericanos TAMPA S.A. La idea era la de ofrecer un servicio de carga internacional, cumplido, eficiente, versátil y cuidadoso de la carga y bajo la modalidad de vuelos no regulares o chárter. Fue así como el 11 de mayo de 1973 se constituyó. El primer avión adquirido en Curacao, un Douglas DC-6 luciendo los llamativos colores de la compañía, despegó del aeropuerto Olaya Herrera de Medellín cargado con 12 toneladas de productos nacionales con destino a Bogotá, en vuelo fletado a la compañía Coordinadora Mercantil. La operación que podría aparecer normal para los trabajadores del terminal aéreo, significó en cambio un vuelo histórico para el puñado de empresarios, liderados por el ingeniero Coulson, que le dieron vida a la nueva aerolínea. En ese entonces se contrató al conocido abogado Jaime Obando para presentar ante la Aeronáutica Civil en audiencia pública las solicitudes necesarias para obtener los derechos en las rutas nacionales como internacionales.
“El Abuelo” fue el nombre que le dieron a la primera aeronave, que igual traería maquinaria e importaciones a Medellín, al igual que ganado en pie para las haciendas del Urabá, llevándolas hasta el precario aeropuerto de la región. Esta era una de las ventajas y características de este veterano DC-6 matriculado como HK-1276.
Foto: Jaime Escobar
La seriedad y cumplimiento de la nueva empresa, que muy pronto contó con el segundo Douglas DC-6, el HK-1776, adquirido en Haití, el cual fue bautizado con el nombre “Luis H. Coulson”, apoyaba la convicción de un grupo de empresarios antioqueños que analizaron la posibilidad de exportar flores a los Estados Unidos. Siendo este producto altamente perecedero, se requería de un servicio de transporte aéreo rápido y puntual. Las flores se constituían en un nuevo rubro de exportaciones, para lo cual el gobierno nacional a través de Proexpo ofrecía líneas de crédito para incentivar esta nueva industria. El primer vuelo internacional de TAMPA se efectuó a la Ciudad de México para traer toros de lidia a Medellín. Luego se efectuaron vuelos a Martinica y más tarde, entre 1975 y 1978 se realizaron vuelos de carga internacional a Miami bajo contrato con SAM y Aerocóndor. Posteriormente se le autorizó operar a TAMPA la ruta carguera a Miami.
Los DC-6 eran aparatos eficientes y versátiles, pero por todas sus horas de vuelo, requerían de un mantenimiento cada vez más frecuente y costoso. Eran aviones antiguos y lentos comparados con los modelos más recientes y su capacidad era de 14 toneladas en operaciones al nivel del mar. Su confiabilidad en la operación empezó a disminuir en razón de sus complejos motores radiales a pistón. Pronto se adquirió una tercera unidad, el HK-1701.
TAMPA decidió en 1980 retirar del servicio los DC-6, los cuales fueron vendidos a una nueva empresa de carga denominada Aeronorte. Para reemplazar el equipo de vuelo, se decidió tomar en arriendo, con opción de compra un Boeing 707, por un valor de $ 5.3 millones de dólares. La nueva aeronave HK-2401X, llamada “El Abuelo” era sin duda una de las más modernas del mercado, lo cual redujo sensiblemente los costos de operación. Además duplicaba la velocidad y triplicaba la capacidad de carga de los antiguos DC-6. El manejo de la carga en tierra era todavía manual y había necesidad de modernizarlo, y se adquirieron nuevos y costosos equipos para ese fin; además de entrenar tripulaciones y técnicos.
Foto: Jaime Escobar
La consolidación de la ruta a Miami y la apertura de rutas hacia Suramérica, recientemente autorizadas por la Aeronáutica Civil y mas tarde a las islas del Caribe, requirió que en 1980 se adquiriera un segundo Boeing 707, matriculado como el HK-2600X. El 10 de noviembre de 1981 falleció en Medellín, don Luis H. Coulson y la dirección y liderazgo de la empresa pasaron definitivamente a manos de sus hijos, Jorge y Ricardo Coulson.
Foto: Revista 30 años de TAMPA vía Jaime Escobar
La modalidad de servicio sobre la cual se fundó la empresa, se gano la confianza de los floricultores y confeccionistas de Bogotá, quienes solicitaban a la aerolínea establecer el servicio directo desde Bogotá a Miami. TAMPA se había convertido en la principal transportadora de flores, confecciones, carne congelada, artesanías y menajes, al tiempo que la industria colombiana importaba maquinaria, prendas cortadas que venían para ser ensambladas por Plan Vallejo, materias primas y cerdos de raza.
Imagen: Colección de Jaime Escobar
Por una coincidencia de factores adversos, llego una época de tiempos muy difíciles cuando TAMPA estuvo a punto de desaparecer del mercado.
El 9 de marzo de 1982 uno de los aviones fue retenido por las autoridades antinarcóticos de los Estados Unidos por un problema poco común en esos tiempos pero que desde entonces ha pasado a ser una seria preocupación de las aerolíneas del mundo. En carta abierta publicada en los principales diarios del país, TAMPA lamentaba el hecho y ponía a disposición de las autoridades colombianas y norteamericanas la información pertinente, sus instalaciones y sus recursos humanos para facilitar la investigación correspondiente. En el mismo comunicado, TAMPA aclaraba que no había contra TAMPA, ni contra ninguno de sus tripulantes o trabajadores de oficinas, bodegas o plataforma, cargo alguno. Sin embargo, a solicitud del gobierno de los Estados Unidos, la Aeronáutica Civil suspendió temporalmente la licencia para operar a dicho país, mientras se esclarecían los hechos. Otro percance ocurrió en las instalaciones del aeropuerto Eldorado en Bogotá, por cuenta del Fondo Rotatorio de la Aduana que exigía una serie de documentos relacionados con la importación temporal de los aviones, para autorizar el reinicio de operaciones de la aerolínea. En tales condiciones la aerolínea que se había caracterizado por su cumplimiento y seriedad, resultó de la noche a la mañana sin aviones para operar y movilizar la carga. Esta situación fue superada y pronto se restablecieron todos los servicios.
Pero desafortunadamente, el día 14 de diciembre de 1983 a las 3:14 de la tarde, el HK-2401, un Boeing 707 al mando del Capitán Hugo Molina, el copiloto, Capitán Pedro Ramírez y el Ingeniero de vuelo George Gilbert, se estrelló en las inmediaciones del aeropuerto Olaya Herrera. Desgraciadamente, la totalidad de la tripulación falleció y tanto el avión como la carga quedaron totalmente destruidos. Colombia apenas se recuperaba del pavoroso accidente del Boeing 747 de Avianca acaecido en las inmediaciones de Madrid, España unas semanas antes.
Los directivos explican que todos los estudios y análisis económicos efectuados en ese entonces dieron como resultado la alternativa de abandonar definitivamente la actividad y suspender todas las operaciones. Sin embargo, los mismos directivos y empleados eran conscientes de que la excelencia en el servicio seguía siendo su mayor defensa. Por ello, movidos por un sentimiento de compromiso con los clientes, decidieron continuar operando. Tomaron en arriendo aviones norteamericanos, emprendieron una campana de seguridad operativa sin precedentes, redoblaron los esfuerzos para cumplir con los itinerarios y en poco tiempo recuperaron la confianza de sus clientes y de las autoridades locales y de los Estados Unidos. Se instaló un complejo sistema de seguridad y cámaras de circuito cerrado de televisión en las bodegas, en aras a vigilar constantemente el ingreso de la carga y en especial de las flores, para evitar el ingreso de carga indeseada a sus instalaciones.
Para el año de 1983, se iniciaron los servicios de carga internacional desde Cali, Pereira y Barranquilla a Miami, y se conmemoraron los primeros diez años de actividades con la llegada del tercer Boeing 707, matriculado como HK-3030X y el cual se llamó “El Arriero”. Para entonces se establecieron también bases operacionales en Buenos Aires y Lima.
Foto: Revista 30 años de TAMPA vía Jaime Escobar
Foto: Jaime Escobar
Se trabajó estrechamente, cuidando de las finanzas, contando con el apoyo del Banco Comercial Antioqueño y el Banco Popular, al igual que la fidelidad de los floricultores y demás empresas colombianas que utilizaban sus servicios. Fue así como se adquirió un nuevo avión, esta vez un Douglas DC-8-63. Igualmente se adquirieron tres Boeing 707 adicionales. TAMPA llegó a operar por un corto tiempo un avión Canadair CL-44, con matricula HK-3148X, el cual recibió el nombre de “El Gavilán”.
En 1989, anticipándose a las políticas generales de gobierno en materia de apertura económica, se decidió ampliar sus servicios a Europa. Se inauguró la ruta a Inglaterra, utilizando el aeropuerto de Manston, al norte de Londres y la ruta a Bélgica, utilizando el terminal aéreo de Ostend, que se había convertido en el centro de acopio de carga aérea más importante del norte de Europa. Con una gerencia delegada en Paris, se ofrecía una completa red de servicios de apoyo para la entrega de carga en el país deseado, utilizando camiones y trenes.
Foto: Jaime Escobar
En 1990 le correspondió a TAMPA el honor de inaugurar las obras de ampliación del aeropuerto “Ethel Angel de Sanín” en la ciudad de Cartago, al norte del Valle del Cauca. El 7 de abril de ese año aterrizó en vuelo de prueba un Boeing 707 de la empresa y el día 28 se inauguro oficialmente el terminal de carga internacional, con un vuelo directo a Miami.
En 1992 se ampliaron las rutas para atender los mercados de Nueva York, Caracas, Panamá y Quito. La tradicional ruta a Miami estaba totalmente consolidada y el volumen de carga. Como las proyecciones indicaban, era necesario expandir la capacidad transportadora y se iniciaron las obras de ampliación de las bodegas propias en el aeropuerto de Miami. En ese año se transportaron 107 mil toneladas de carga y se efectuaron 4.624 vuelos.
Foto: Jaime Escobar
Foto: Jaime Escobar
Al cumplir veinte años de servicio, la directiva de la compañía estaba conformada por Jorge Coulson, Presidente, Álvaro Londoño, vicepresidente comercial y Álvaro Jaramillo, vicepresidente financiero. Para entonces se inicio el plan de reemplazo de flota y se adquirieron dos aeronaves Douglas DC-8-71 para complementar la flota de Boeing 707. El DC-8-71, era básicamente un DC-8-63 repotenciado con turbinas de última tecnología más potentes y eficientes. Estas aeronaves por un valor de $22.5 millones de dólares cada una, reunían una serie de características que las convertían en el vehículo más apropiado para los objetivos de TAMPA. Venían equipados con atenuadores acústicos (hush kits) que respondían a las nuevas disposiciones internacionales de ruido y su capacidad de carga era superior a la de los 707. Los Boeing también fueron provistos de hush kits para poder seguir operando a Miami. Con la llegada de los Douglas DC-8-71, TAMPA una vez mas, pionera en tecnología, ingresaba a la era de la navegación satelital utilizando el sistema GPS.
Foto: Jaime Escobar
Foto: Equipo Aviacol – Andrés Ramírez
Para 1995, TAMPA se había consolidado como la mayor empresa aérea de carga de Colombia y la primera en el mercado entre Colombia y Estados Unidos. Los Boeing 707 fueron retirados de servicio y se unificó la flota con la adquisición de tres unidades adicionales Douglas DC-8-71.
En diciembre de 1996 la aerolínea holandesa de pasajeros y carga Martinair adquirió el 40% de las acciones de la compañía. Esta asociación le permitía a TAMPA el acceso a recursos financieros y apoyo tecnológico y logístico. La compañía pasó a llamarse TAMPA Cargo S.A. y continúo operando independientemente, y consolidó sus operaciones en Miami, aumentando sus operaciones en Suramérica y retirándose del mercado Europeo.
Imagen: Jaime Escobar
Imagen: Jaime Escobar
En diciembre de 1997 TAMPA trasladó su bodega de importaciones a las nuevas instalaciones del Cargo Center en el aeropuerto internacional de Miami. La bodega de exportación quedó localizada en el perímetro del mismo aeropuerto. Las nuevas instalaciones tenían 140.000 pies cuadrados y se instalaron nuevos equipos de refrigeración. En ese año se transportaron a través de estas instalaciones 50.000 toneladas de carga, colocando a TAMPA en el cuarto lugar en importancia en este aeropuerto.
En 2002 se inauguro la ampliación del hangar de mantenimiento en el aeropuerto de José María Córdova en Rionegro y se obtuvieron las certificaciones de la FAA y la Aeronáutica Civil de Colombia para efectuar mantenimiento mayor de aeronaves y motores.
En 2003, la casa matriz de Martinair decidió ampliar su participación en TAMPA y se adquirieron acciones hasta llegar al 58% del total, colocándola como el accionista mayoritario de la compañía. En ese entonces se creó la división de vuelos chárter, TAMPA Charters International, para contratar servicios aéreos de carga no regulares a cualquier destino.
Para mantenerse competitiva en el mercado y sustentar su crecimiento, fue necesario reemplazar los aviones cargueros por modernas aeronaves Boeing 767-200F, las cuales entraron en servicio durante 2004, junto con un cambio de imagen corporativa y colores de la compañía. Estos 767-200F operaban en Varig y fueron convertidos en cargueros en Israel, llegando a Colombia vía Amsterdam, donde ondearon banderas de Colombia y los Países Bajos durante su paso, debido a ser la ciudad donde están los cuarteles generales de Martinair. Poco tiempo después el último DC-8-71F de la compañía sufrió un percance en Miami y salió de circulación, dando por terminada la era del DC-8 en TAMPA y en Colombia.
Para enero del 2005, el presidente de la compañía, Frederick Jacobsen reveló los resultados operacionales del año anterior y con gran satisfacción demostró utilidades y un crecimiento del 20% en facturación y carga transportada. TAMPA Cargo se había convertido en la tercera empresa más grande de carga en América Latina y continuaba ampliando sus instalaciones en Miami, donde se contaba con una planta de personal de 300 personas. La infraestructura para el manejo de bienes perecederos como las flores fue mejorado, y con un costo de $1 millón de dólares se ampliaron las bodegas refrigeradas y se adoptó la filosofía de la Cadena del Frio para garantizar que la carga perecedera llegara a su destino en condiciones ideales, con una de las más sólidas infraestructuras en el manejo de las flores. Consistente en la medición de la temperatura en cada paso de la cadena, cuartos fríos con temperatura controlada las 24 horas del día, que garantizaba la temperatura en las bases de Bogotá, Medellín, Cali, Miami, Quito, Lima y Santiago, además de los aviones con temperatura controlada. En Bogotá se instaló el servicio de Vacuum Cooling, que maneja la temperatura de 400 cajas de flor simultáneamente estabilizándolas a 35.6 °F (2° C) en solo 30 minutos, y sin causarle daño al producto. TAMPA Cargo ha iniciado el proceso de ser la primera aerolínea certificada por parte de la Cool Chain Association.
Foto: Equipo Aviacol – Andrés Ramírez
En cuanto a seguridad, y la implantación de una política de Cero Tolerancia, TAMPA Cargo ha llevado durante los últimos años a continuar realizando inversiones en equipos de última tecnología y a contratar personal calificado y confiable, con el fin de reducir los riesgos de seguridad y de esta forma reafirmar el sólido compromiso que tienen en la búsqueda continúa por garantizar la seguridad de las bases, bodegas, aviones y de la carga de nuestros clientes.
TAMPA Cargo está certificada por el C-TPAT (Customs Trade Partnership Against Terrorism) y autorizados por el TSA para operar en Estados Unidos. También son miembros fundadores y activos del BASC (Business Anti-Smuggling Coalición.) Han asumido en diferentes oportunidades el liderazgo para promover en la industria la necesidad de llevar a cabo operaciones seguras y el comercio lícito de mercancías facilitando talleres e invitaciones a sus instalaciones.
En cuanto a equipos de seguridad, en la actualidad tiene a su disposición Scanners de última tecnología, cámaras e Itemiser (Detectores de Droga y Explosivos) por base. Equipos de cómputo de última generación, con los más sofisticados programas de captura de video, interconectados nacional e internacionalmente a través de una red independiente y totalmente segura. Manual de normas y procedimientos específicos para cada una de las diferentes actividades de Control y Prevención del Delito, cumplidas por el personal de seguridad. Personal 100% confiable y capacitado.
El 8 de Marzo del 2008, Martinair y los inversionistas colombianos anunciaron la venta de la totalidad de las acciones de TAMPA Cargo a la empresa AVIANCA. En Bogotá se llegó a un acuerdo entre las partes para la venta del 100% de las acciones y la transacción estaba prevista para mediados de Junio de este año. Entretanto, Martinair, TAMPA Cargo y Avianca están trabajando en un acuerdo a largo plazo para llegar a una alianza estratégica para desarrollar el mercado de carga en la región. Mediante esta alianza entre Martinair y TAMPA Cargo, se mantienen las oficinas de ventas conjuntas en toda la región de América Latina. La alianza también permite incluir la capacidad de carga de los aviones de pasajeros de Avianca, tanto en las rutas domesticas e internacionales. Así se pasa a ofrecer una de las redes más amplias de servicio de transporte de carga en las Américas. Posteriormente vinieron las aprobaciones gubernamentales para la consolidación de operaciones y la transferencia de derechos de tráfico dentro del marco de las leyes anti-monopolio. Así TAMPA comenzó una nueva etapa de su vida, utilizando su marca independientemente, pero formando parte de AVIANCA Cargo. Para Agosto de 2011, TAMPA inició su expansión de flota, que incluyó inicialmente la llegada de un Boeing 767-300F proveniente de ANA Cargo de Japón, y para el 27 de Septiembre de 2011 se anunció oficialmente la compra de 4 aviones Airbus A330-300F, el primero de los cuales llegó el 20 de Diciembre de 2012 a Rionegro en vuelo directo desde Toulouse, y fue mostrado a la comunidad oficialmente el 18 de Enero de 2013. Para Agosto de 2013 habían llegado tres, y se habían sacado de circulación igual número de Boeing 767-200F. El proceso de modernización concluyó en 2015, dejando la flota de la aerolínea compuesta únicamente por Airbus A330F.
Llegada del primer A330-200F de TAMPA Cargo, 20 de Diciembre de 2012
Foto: Equipo Aviacol – Andrés Ramírez
Foto: Equipo Aviacol – Andrés Ramírez
El 29 de Mayo de 2013 se anunció que todas las aerolíneas del grupo, entre las que se encuentra Tampa Cargo, cambiarían y unificarían su imagen corporativa y su nombre. Como resultado directo de esto, Tampa Cargo ha pasado a llamarse “Avianca Cargo” y los colores del Airbus A330-200F matrícula N332QT, que llegó pintado de blanco en vuelo de entrega directo desde Toulouse, Francia a Rionegro el 6 de Julio de 2013, ahora no son los tradicionales de Tampa, sino los de Avianca Cargo de acuerdo a lo descrito anteriormente. Este avión fue mostrado al público por primera vez el 14 de julio de 2013 en el aeropuerto José María Córdova de Rionegro. Se espera que los demás aviones de la aerolínea sean pintados paulatinamente.
El primer avión con la imagen de Avianca Cargo, Airbus A330-200F, matrícula N332QT. Arriba totalmente blanco como llegó en su vuelo de entrega desde Toulouse el 6 de Julio de 2013, y abajo como fue mostrado con la nueva imagen en Rionegro el 14 de Julio de 2013. (Fotos: Equipo Aviacol – Andrés Ramírez).
Destinos:
Nacionales: Barranquilla, Bogotá, Cali, Medellín.
Códigos:
OACI: TPA
IATA: QT
Período de Operación:
1973 – Hasta la fecha actual
Enlaces de Interés (algunos enlaces podrían abrirse en una ventana nueva):
Piloto Comercial de Avión – PCA, entusiasta de los viajes, la fotografía y ávido lector. Apasionado de la fotografía de aviación (spotting), actividad que lo ha llevado a recorrer el mundo persiguiendo aviones incluso en los países menos imaginados. Ha logrado posicionarse como uno de los spotters más reconocidos de Latinoamérica.
Su pasión por la aviación, la fotografía y la escritura le ha permitido ser publicado en varias revistas a nivel mundial.