El tráfico mundial de pasajeros (medido en pasajeros por kilómetro transportados, RPK, por sus siglas en inglés) no regresará a niveles anteriores al COVID-19 hasta 2024, un año más tarde respecto a la previsión anterior.
Se sigue esperando que los viajes de corta distancia se recuperen antes que los viajes de larga distancia. Como resultado, el número de pasajeros verá antes la recuperación que el tráfico medido en RPK. Sin embargo, la vuelta a niveles anteriores al COVID-19 se retrasará hasta 2023, también con un año de retraso respecto a la previsión anterior. En 2020, se espera que el número global de pasajeros disminuya un 55% en comparación con 2019, un empeoramiento respecto al 46% de abril.
El tráfico de pasajeros de junio de 2020 augura una recuperación más lenta de lo esperado. Los volúmenes, medidos en RPK, se desaceleraron un 86,5% interanual. El tráfico de junio mejoró ligeramente respecto a la contracción del 91,0% registrada en mayo, impulsado por el aumento de la demanda en los mercados nacionales, sobre todo en China. El factor de ocupación alcanzó en junio un mínimo histórico (57,6%) para este mes.
En un escenario más pesimista, el pronóstico se basa en una serie de tendencias recientes:
- Contención lenta del virus en EE. UU. y en las economías en desarrollo. A pesar del éxito en la contención y propagación del coronavirus en las economías desarrolladas fuera de EE. UU., estas, junto a China, están registrando nuevos brotes. Además, en muchas economías emergentes clave no hay signos de contención del virus. Estas economías, junto a EE. UU., representan alrededor del 40% de los viajes aéreos en todo el mundo. Su continuo cierre, particularmente a los viajes internacionales, es un lastre importante para la recuperación.
- Reducción de los viajes corporativos. Se espera que los presupuestos para los viajes corporativos sean muy limitados en la medida que las empresas continúen bajo presión financiera, incluso cuando la economía mejore. Además, aunque históricamente la correlación entre el crecimiento del PIB y los viajes aéreos es muy elevada, las encuestas sugieren que este vínculo se ha debilitado y afecta especialmente a los viajes de negocios dado el importante avance que ha experimentado la videoconferencia en sustitución de las reuniones presenciales.
- Debilidad de la confianza del consumidor. Si bien existe una demanda acumulada de las visitas a amigos y familiares (VFR, por sus siglas en inglés) y de los viajes de placer, la confianza del consumidor se ha debilitado ante la preocupación que suscita la seguridad laboral y el aumento del desempleo, así como el riesgo de contraer el COVID-19. Alrededor del 55% de los participantes en la encuesta de pasajeros de junio de IATA no tiene intención de viajar en 2020.
Dados los factores anteriores, el pronóstico de referencia revisado de IATA prevé una caída de los embarques globales en un 55% en 2020, en comparación con 2019, frente a la caída del 46% en el pronóstico de abril. Se espera que el número de pasajeros aumente un 62% en 2021 con respecto a la base deprimida en 2020, pero seguirá estando casi un 30% por debajo de niveles de 2019. No se espera una recuperación total a niveles de 2019 hasta 2023, un año más tarde respecto a la previsión anterior.
Mientras tanto, dado que los mercados nacionales se están abriendo antes que los mercados internacionales, y que los pasajeros parecen decantarse por viajes de corta distancia en la situación actual, se espera que los RPK se recuperen más lentamente y que el tráfico de pasajeros no regrese a niveles de 2019 hasta 2024, un año más tarde de la previsión anterior. Los avances científicos en la lucha contra el COVID-19, entre los que se cuenta con el desarrollo de una vacuna exitosa, podrían adelantar la recuperación. Sin embargo, la tendencia actual sitúa el riesgo a la baja más que al alza en el pronóstico de referencia.
“El tráfico de pasajeros tocó fondo en abril, pero el repunte está siendo muy débil. La mejora que estamos viendo es en los vuelos nacionales. Los mercados internacionales permanecen cerrados en su mayoría. La confianza del consumidor está de capa caída, y la decisión del Reino Unido el pasado fin de semana de imponer una cuarentena general a todos los viajeros que regresan de España no facilita las cosas. Y en muchas partes del mundo los contagios siguen aumentando. Todo esto augura un período de recuperación más largo y doloroso para la industria y la economía global“, dijo Alexandre de Juniac, director general y CEO de IATA.
“Estas son malas noticias para las aerolíneas, y ponen de relieve la necesidad de que los gobiernos continúen proporcionando medidas de alivio —financieras y de cualquier otro tipo—. Por ejemplo, la suspensión de la regla 80/20 (o “use-it-or-lose it”) durante la temporada de invierno en el hemisferio norte proporcionaría un alivio muy importante a las aerolíneas a la hora de planificar su programación de servicios en un entorno impredecible. Las aerolíneas están programando sus horarios. Deben centrarse en satisfacer la demanda, en lugar de cumplir con unas reglas de asignación de slots que no se crearon con la intención de acomodar las fuertes fluctuaciones provocadas por una crisis. Cuanto antes conozcamos las reglas de asignación de slots, mejor; pero aún esperamos que los gobiernos de los mercados clave confirmen su suspensión”, dijo De Juniac.
Mercado internacional de pasajeros
El tráfico internacional de junio se contrajo un 96,8% interanual, una ligera mejora respecto a la caída interanual de mayo (-98,3%). La capacidad cayó un 93,2% y el factor de ocupación se deslizó 44,7 puntos porcentuales, situándose en el 38,9%.
- En Asia-Pacífico el tráfico se desplomó un 97,1% interanual, mejorando ligeramente respecto a la caída del 98,1% en mayo. La capacidad se contrajo un 93,4% y el factor de ocupación se redujo 45,8 puntos porcentuales, hasta el 35,6%.
- En Europa la demanda internacional de pasajeros se desaceleró un 96,7% interanual, frente al desplome del 98,7% en mayo. La capacidad se derrumbó un 94,4% y el factor de ocupación bajó 35,7 puntos porcentuales, hasta el 52,0%.
- En Oriente Medio la demanda se contrajo un 96,1% interanual, frente a la caída de mayo en un 97,7%. La capacidad se desaceleró un 91,1%, y el factor de ocupación se deslizó 43,1 puntos porcentuales, hasta el 33,3%.
- En Norteamérica el tráfico internacional de pasajeros se derrumbó un 97,2% interanual, una ligera mejora respecto a la caída del 98,3% en mayo. La capacidad cayó 92,8%, y el factor de ocupación se contrajo 53,8 puntos porcentuales, hasta el 34,1%.
- En Latinoamérica la demanda se hundió un 96,6% interanual, frente al desplome del 98,1% en mayo. La capacidad cayó 95,7% y el factor de ocupación se deslizó 17,7 puntos porcentuales, hasta el 66,2%, el más alto respecto a las demás regiones.
- En África el tráfico se desplomó un 98,1% interanual y se mantuvo prácticamente sin cambios respecto a la caída de mayo (-98,6%). La capacidad se contrajo 84,5%, y el factor de ocupación bajó 62,1 puntos porcentuales (una ocupación de solo el 8,9% de asientos), el más bajo respecto a las demás regiones.
Mercado doméstico de pasajeros
La demanda doméstica se desaceleró un 67,6% en junio, una mejora respecto a la caída del 78,4% registrada en mayo. La capacidad se contrajo un 55,9% y el factor de ocupación bajó 22,8 puntos porcentuales, alcanzando el 62,9%.
En China, las aerolíneas volvieron a liderar la recuperación con una caída del 35,5% interanual y frente a la desaceleración del 46,3% registrada en mayo.
En Japón, la demanda nacional mejoró tras el fin del estado de alarma por COVID-19 a finales de mayo. Los RPK domésticos cayeron un 74,9% interanual en junio, frente a la desaceleración anual del 90% aproximadamente en los dos meses anteriores.
Balance final
“A pesar de la mejora en los viajes nacionales, el tráfico internacional —que en condiciones normales representa cerca de dos tercios del mercado mundial—, sigue siendo prácticamente inexistente. La mayoría de los países o bien siguen bloqueando las llegadas internacionales o bien han impuesto la cuarentena (lo que tiene el mismo efecto que un cierre total). El verano, la temporada más intensa de nuestra industria, está pasando rápidamente sin que se vean muchas posibilidades de un repunte de los viajes aéreos internacionales, a menos que los gobiernos se muevan rápido y firmemente para encontrar alternativas al cierre de fronteras, a una reanudación intermitente que destruye la confianza y a la imposición de unas cuarentenas que matan la demanda“, dijo De Juniac.
IATA insta a los gobiernos a que implementen una serie de medidas alternativas que contemplen las directrices globales de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para la restauración de la conectividad aérea, contenidas en su guía Takeoff: Guidance for Air Travel through the COVID-19 Public Health Crisis (Despegue: Una guía para los viajes aéreos durante la crisis de salud pública por el COVID-19). IATA también cree en el potencial de medidas de control precisas, rápidas, a escala y asequibles, y en el rastreo integral de contactos en la gestión del riesgo de propagación del coronavirus mientras se vuelven a conectar las economías y se reanudan los viajes y el turismo. “Es necesario aprender a gestionar los riesgos de convivir con el COVID-19 a través de medidas específicas y predecibles capaces de reconstruir de manera segura la confianza de los viajeros y las economías destrozadas“, añadió De Juniac.
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