Las pruebas estáticas empezarán con tests para validar los sellos de seguridad dentro de la cabina de pasajeros. Durante la prueba, Boeing elevará la presión interna a 14.9 PSI, alrededor de 1.5 veces la presurización normal.
Gracias al diseño de barril de una pieza de material compuesto del 787, se reducen significativamente los puntos a lo largo del fuselaje donde los sellos de presión podrían fallar. Durante la prueba, el avión se envolverá en plástico; en el evento que la cabina rompa un sello, el plástico se inflará identificando la fuente de la fuga.
Foto: FlightBlogger
El avión, que nunca volará, fue llevado el 25 de abril al edificio de pruebas donde los tests tendrán lugar.
Boeing no ha determinado todavia si hará pruebas de carga máxima a las alas. La FAA requiere que toda la estructura del avión resista 150% de las cargas máximas que encontrará en vuelo.
En enero de 1995, las alas de un 777 fueron sometidas a una carga de 154% de su carga de diseño, antes de que se rompieran. Las alas se deflectaron más de 7 metros antes de sucumbir ante las cargas castigadoras.
Aún con el comienzo de las pruebas estáticas la próxima semana, el ensamblaje del 787 está todavía congelado mientras el paro de IAM transcurre en su tercera semana.
Fuente: Flightblogger – Editado y Traducido Aviacol.net
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