Como una de las industrias más interesadas en la conservación del medio ambiente, la aviación ha venido buscando y desarrollando distintas formas de hacer más eficaz el consumo de combustible y de reducir a su vez las emisiones de gases dañinos para el ambiente. Sin embargo, si bien la tecnología aerodinámica cumple cada vez mejor este cometido, es el combustible derivado del petróleo el que tiene la mayor incidencia medio ambiental y por eso la búsqueda de un biocombustible alternativo.
Desde hace dos años y medio se han venido realizando pruebas gracias al trabajo de varias empresas como Virgin Atlantic, Air New Zealand, JAL, Continental Airlines, General Electric, entre otras. Como resultado de la experimentación, se concluyó que el biocombustible es viable para la industria de la aviación.
Darrun Morgan, Director de Estrategias de Biocombustibles de Boeing
Luego de las primeras experimentaciones, se formularon planes de trabajo para un desarrollo más formal de esta nueva tecnología. Se pasó de los biocombustibles de primera generación producidos, por ejemplo, a partir de maíz, a combustibles de segunda generación que deben cumplir tres requisitos para entrar en esta categoría.
En primer lugar, los biocombustibles no pueden provenir de alimentos para el ser humano, segundo: las plantaciones de biocombustible no pueden competir con las plantaciones existentes para alimento y tercero, no deben competir o utilizar recursos hídricos utilizados en el consumo o riego de plantaciones de alimentos.
Un ejemplo de esto es la salicornia, una planta alófita que se está cultivando actualmente en México. La característica de las plantas alófitas es que son resistentes a la salinidad, de manera que se pueden regar con agua de mar, por otro lado, crecen cerca a las playas o en lugares donde no interfieren con las plantaciones de alimentos y finalmente no son alimento para humanos, lo que permite que el aceite que se extrae de sus semillas sea tratado para producir biocombustible.
Alejandro Ríos, Director de ASA (Aeropuertos y Servicios Auxiliares) Combustibles de México
Otra de las ventajas de esta nueva tecnología es que tiene una relativa facilidad en su distribución ya que, a diferencia de la gasolina para automóviles, existen muy pocos puntos de distribución (esto es, los aeropuertos en general) para muy pocos aviones en servicio, en comparación con la gran cantidad de estaciones de gasolina que sirven a millares de automóviles en todo el mundo.
La meta de la industria de la aviación es llegar a un punto de crecimiento llamado “de carbono neutral”, es decir, un estado en el que el crecimiento tecnológico de la industria no genere más emisiones nocivas al medio ambiente.
Finalmente, la ventaja más importante del biocombustible es que en el proceso que va de su producción a su consumo, las emisiones son reducidas en un 80% ya que dichas emisiones son reabsorbidas por las plantaciones nuevas que se hacen para producir el carburante, lo cual lo hace sostenible.
La industria de la aviación espera que para el 2015 el 1% de la demanda se atienda con biocombustible y que el crecimiento continúe hasta atender el 50% de la demanda para el año 2040.
Fotos: Javier Franco TOPPER