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Sociedad Colombiana de Transportes Aéreos Ltda., SCOLTA

Recordando el accidente del Jumbo de Avianca
Avianca y sus Jumbo 747
{jathumbnail off} SOCIEDAD COLOMBIANANA DE TRANSPORTES AEREOS LTDA., SCOLTA

El 2 de septiembre de 1947 se constituyó la Sociedad Colombiana de Transportes Aéreos Ltda., SCOLTA, a la que sus creadores denominaron como la primera empresa especializada en transporte de carga únicamente.

Su Junta de Administración estaba compuesta por los señores Pedro Munevar, Jefe del Departamento Comercial, Luis E. Pérez, Jefe del Departamento Jurídico, el Capitán Nicolás Olano, Jefe de Operaciones Aéreas y Wilbur Bradley, Asesor Técnico. Los accionistas eran en su mayoría aviadores militares en retiro.

Para la iniciación de operaciones, se adquirieron las instalaciones de la TACA de Colombia en el aeródromo de Madrid, Cundinamarca. Esta adquisición incluía la pista de aterrizaje, campo de parqueo, edificio terminal y maquinaria menor. El 6 de septiembre llegaron a Madrid procedentes de Miami y Cartagena los dos primeros Douglas C-47 acondicionados  para el transporte de carga, con capacidad para 3.5 toneladas cada uno. Estos aviones recibieron matricula colombiana C-34 y C-40. El objeto principal de la nueva empresa aérea el de establecer sus rutas domesticas dentro de la red del monopolio de Avianca. Inicialmente se pensó en establecer la ruta regular entre Madrid y Bucaramanga. Sus oficinas principales estaban ubicadas en la Avenida Jiménez con Carrera 11 en el centro de Bogotá.

Las operaciones comerciales se inauguraron el 8 de octubre del mismo año y se anunciaron como “los vuelos diarios con itinerario fijo únicamente de carga”. La autoridad aeronáutica les extendió la autorización para operar adicionalmente a Medellín, Cartagena y Barranquilla.

 
Avión C-47 de SCOLTA. En la imagen aparecen de izquierda a derecha: Guillermo Cortés Niño, Álvaro Abril (niño), sin identificar y José Briceño. (Foto: colección de  Manuel Guillermo Cortes)
El equipo de vuelo fue aumentado a tres unidades Douglas y un Lockheed Lodestar, adquirido a la empresa Transandina de Aviación, la cual había suspendido operaciones recientemente.

Para 1948 la empresa había ampliado sus servicios para incluir las principales ciudades del país y se incluyeron destinos como Cali, Buenaventura y Sogamoso.  Además se logró que se le adjudicara el permiso para operar vuelos especiales de carga a Miami. Igualmente abrieron una oficina en la ciudad de Nueva York para promocionar los servicios de carga, aeroexpresos y agenciamiento aduanero a Colombia y desde donde aspiraban a ampliar sus servicios regulares. Esta oficina estuvo a cargo del señor Antonio Mesa y estaba localizada en la concurrida Calle 42 en el corazón  Manhattan.

 
Tarjeta de Antonio Mesa, encargado de la oficina de SCOLTA en Miami (Imagen: colección de Jaime Escobar)
Pero según el concepto de los observadores del momento: “el volar con los aviones vacíos, no era ningún negocio. Si la utilidad neta daba para la gasolina y los pilotos, era seguro que no dejaban mayor margen para el mantenimiento o cuidado técnico de los aviones”.
 

Un grave accidente ocurrió cuando uno de los C-47 salió con destino a Caracas en vuelo especial. El avión llevaba, además de la tripulación, al gerente de la empresa don Hernando Navarro. Lo cierto es que el avión se perdió en la ruta y nunca llegó  a su destino. Hasta la fecha de hoy, sus restos nunca fueron encontrados. En ese entonces no estaban establecidas las aerovías de navegación aérea y  por lo tanto, no se tenía conocimiento de la ruta que pudo haber tomado el comandante de la nave. Esta fue una sensible pérdida para la naciente empresa y tuvo sus efectos en la moral de los empleados de la misma.

Publicidad de SCOLTA. (Imagen: colección de Jaime Escobar)
El segundo accidente ocurrió cuando el Lockheed Lodestar, con matricula C-408 decolaba del aeropuerto de Techo en Bogotá con un cargamento con destino a Medellín y tuvo que regresar para efectuar un aparatoso barrigazo sobre la pista principal. Este insuceso ocurrió el 29 de Junio de 1948. En esta ocasión, el avión estaba al mando del Capitán Nicolás Olano, quien sobrevivió al accidente. Más adelante, el 4 de octubre del mismo año, otro C-47 con matricula C-71 se estrelló  en las cercanías de Rionegro cuando volaba hacia el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín. El avión estaba al mando del Capitán Emilio Currea.

Estos tres accidentes consecutivos marcaron el final de la empresa, la cual optó por disolverse pocos meses después. El Capitán Olano falleció años mas tarde en otro accidente aéreo, cuando se encontraba prestando sus servicios a la empresa tolimense SAETA.

Así termina la corta historia de la primera empresa aérea especializada en carga fundada en el país.

Jaime Escobar Corradine

 
Última actualización: Febrero de 2011
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