Avianca y sus Jumbo 747

Esta historia comienza en 1975 cuando Avianca ya operaba para los vuelos de larga distancia los poderosos, pero envejecidos Boeing 707. Era el momento de enfocarse en los aviones de cabina ancha y alta capacidad para volar largas distancias con más número de sillas, ofreciendo la comodidad y el confort que brindaban  a los pasajeros los aviones de la nueva generación.

El Boeing 747, o “Jumbo”, como se vino a llamar comúnmente, ya estaba en servicio cinco años atrás, desde su introducción por parte de la Pan American Airways y operaba en la gran mayoría de las grandes líneas aéreas del mundo occidental. Era apreciado, no solo por las tripulaciones  y los directivos de las líneas aéreas, sino por los afortunados pasajeros que tenían la oportunidad de abordar  este gigante de los aires.

Tal como lo había estimado Juan Trippe, Presidente de la Pan American, el Jumbo 747 estaba revolucionando el transporte aéreo intercontinental y transatlántico, ofreciendo autonomía y tecnología de punta,  y las líneas aéreas, tanto grandes como pequeñas estaban particularmente interesadas en operar este maravilloso avión, además del prestigio que esto traería.

En 1976 en el continente Suramericano, ninguna línea aérea era propietaria todavía de los Boeing  747;  sin embargo, entre enero de 1972 y junio de 1974 la línea aérea venezolana VIASA había operado el gigante en alquiler parcial de la empresa Real Compañía Holandesa de Aviación KLM . Con el registro PH-BUG y bautizado con el nombre de  “Orinoco”, este Boeing 747 estaba pintado con los colores de VIASA en su lado derecho y mantenía los colores de KLM en su lado izquierdo. Durante treinta meses operó los servicios regulares de VIASA desde Caracas hacia Madrid, Paris, Roma y Ámsterdam hasta la llegada de los McDonnell Douglas DC-10 propios.

Los ejecutivos de Avianca, en cabeza de su presidente Ernesto Mendoza Lince,  comenzaron a evaluar el 747, pero antes de embarcarse en la compra de un avión nuevo, buscaron la posibilidad de adquirir un avión usado, que estuviera en magnificas condiciones y se ajustara a las especificaciones para prestar un servicio adecuado en la red de  rutas de largo alcance.

Para entonces, las líneas aéreas norteamericanas operaban el 747 diariamente en las rutas domesticas, pero en octubre de 1975, la Continental Airlines, decidió sacar  de servicio sus cuatro Boeing 747-124, dado que su desempeño resultaba muy costoso al presentarse la primera crisis del petróleo.

Bajo el asesoramiento del la casa fabricante, la Boeing convenció a la Junta Directiva de Avianca de aprovechar esta oportunidad y adquirir uno de estos aviones en condiciones muy favorables. Los aviones estaban parqueados en el desierto de Nuevo México y se encontraban en perfecto estado operacional. Avianca había empezado a operar los aviones jet de la casa Boeing desde 1961 con el 720B, luego el 727, el 737 y más recientemente el 707, con magníficos resultados.

Uno de los aviones que estaba disponible, el identificado con matricula N26862 fue adquirido por la  Fuerza Aérea Imperial de Irán para ser convertido a transporte militar. Sin embargo, tras la caída del Shah de Irán y el rompimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y el gobierno revolucionario, el acuerdo con la Boeing se canceló  y el avión quedó  nuevamente disponible en el mercado.

La oportunidad fue aprovechada por Avianca y la orden se hizo oficial.  El avión fue adquirido por la compañía y fue llevado a la planta de Boeing en Seattle para ser acondicionado con un nuevo interior y pintado con los nuevos colores de Avianca.  Con la adquisición del Jumbo, Avianca asumía una nueva imagen corporativa más moderna y acorde a los tiempos.

El avión, que era el número 58 en la línea de producción, tenía número de serie 19734 y había sido ensamblado en 1970. Era un modelo 747-124 y su primer vuelo se dio el 2 de julio de ese año luciendo los colores de Continental Airlines como su primer operador. Inicialmente el avión tenía una configuración de solo 290 sillas, cuando operaba con Continental y fue acondicionado para acomodar 345 pasajeros, incluyendo 30 sillas en Primera Clase, según los requerimientos de Avianca  y una lujosa sala de descanso en el segundo piso, decorada con una vitrina donde se exhibían  replicas de piezas precolombinas del Museo de Oro de Bogotá.

Pronto el N26862  se convirtió en el N747AV antes de recibir la matrícula colombiana HK-2000. Después de un largo proceso de mantenimiento y adecuación en la planta de Boeing, el avión bautizado con el nombre de “Eldorado” llegó a  Colombia el 3 de diciembre de 1976 y marcó  una nueva era en el transporte aéreo del país. El avión insignia de la compañía Avianca era aguardado impacientemente y con gran ansiedad por los medios de comunicación y el público en general, que querían observar este maravilloso avión con los colores y el nuevo diseño de la imagen corporativa de Avianca. El día 4 de diciembre en los hangares de la compañía se llevo a cabo la presentación oficial del avión, con la presencia del Presidente de la República, Alfonso López Michelsen  y su señora Cecilia Caballero de López, quien fue nombrada como madrina de bautizo del fantástico avión.

Al día siguiente, coincidiendo con la celebración de los 57 años  de la fundación de la compañía, el  5 de diciembre de 1976, “Eldorado” efectuó vuelos de demostración desde Bogotá a Medellín, Cali y luego a Barranquilla, antes de regresar a Bogotá. Esta misión estuvo a cargo del Comandante Álvaro Jaramillo Villa. La llegada del avión al Aeropuerto Olaya Herrera de Medellín causó gran sensación en la población, ya que por sus restricciones operacionales, resultaba una gran proeza el llevar este avión de gran tamaño a este pequeño aeropuerto.

Para la iniciación de los servicios, Avianca había emprendido todo un proceso interno de capacitación y entrenamiento, el cual estaba a cargo del “Comité 747”. Los preparativos fueron, desde el manejo de las maletas en los aeropuertos, hasta el servicio de comidas a bordo. Para entonces se contrataron los servicios de las cocinas del Hotel Tequendama de Bogotá, quienes por primera vez preparaban los menús que se servirían a bordo de los vuelos internacionales del Jumbo 747, con un despliegue de calidad y lujos, en especial para la cabina de Primera Clase.

“Eldorado” pronto comenzó  la operación de vuelos regulares a, Miami y Nueva York, Caracas, San Juan,  Madrid, Paris,  Frankfurt y más adelante a Quito y Lima  en los colores resplandecientes de la nueva imagen de la compañía. El logotipo estilizado con las letras AV en la cola, fue aplicado gradualmente al resto de la flota de Avianca, sustituyendo  el rojo sólido por una ola en rojo sobre fondo blanco y con el nombre de Avianca Colombia en blanco. Para 1977 se introdujo el Jumbo 747 en vuelos nacionales ofreciendo cuatro frecuencias semanales entre Bogotá y Cali para conectar con los vuelos internacionales y se introdujo un diseño de transición en el 747 y otros pocos aviones de la flota de Avianca.

 
En 1978, después de dos años de operaciones exitosas, la Junta Directiva de Avianca resolvió adquirir una segunda unidad, pero esta vez en su versión “combi” para operar en las rutas de largo alcance, llevando pasajeros y a su vez gran cantidad de carga, en configuración mixta.  El avión, bautizado con el nombre de “Cartagena de Indias” y con matrícula colombiana HK-2300 era un  Boeing 747-259B Combi con número de serie 21730, construido para Avianca y fue entregado en la Planta de Boeing en Seattle a comienzos de Junio de 1979 y venía decorado con una versión revisada del la imagen de Avianca, con el nombre completo en rojo sobre la cola en blanco y rojo.

En esos días, el Presidente de la República, Julio César Turbay se encontraba en Ciudad de México con su comitiva en visita oficial. El Jefe de Estado necesitaba desplazarse a Europa desde México y Avianca le proporcionó el nuevo Jumbo 747 para hacer el viaje desde Cancún a Lisboa y París con su comitiva. Posteriormente el avión realizó su primer vuelo de itinerario de regreso a Colombia el 8 de junio de ese año. Con la introducción del segundo Jumbo de Avianca, se dio la oportunidad a la compañía de ampliar sus servicios a Europa para incluir a Zurich y Roma.

El tercer Jumbo 747 de Avianca fue el HK-2400X (19735) el cual era un modelo 124SF en configuración de carguero. Fue alquilado a la compañía israelí EL AL e ingresó al servicio el 21 de julio de 1981 llevando los colores de Avianca. El avión voló hasta Julio de 1982, cuando fue reemplazado por una nueva unidad.

En 1982 el otro avión en alquiler entró a reemplazar el carguero. Esta vez otro 747-124SF con matrícula colombiana HK-2900X, venia de la flota de World Airways. Ofrecía amplia capacidad de carga en las rutas a Estadios Unidos, hasta cuando en enero de 1988, por razones ajenas a la compañía, se decidió suspender las operaciones de carga internacional. También en 1982, el HK-2000 “Eldorado” recibió los colores similares al HK-2300 en la cola, unificando la imagen en toda su flota.

En Agosto de 1982 se dio la llegada del cuarto Jumbo 747 alquilado a la compañía escandinava SAS (Scandinavian Airlines System). El LN-RNA se convirtió en el HK-2910X con los colores de Avianca  y comenzó a volar regularmente entre Colombia, Estados Unidos y Europa.  Este avión tenía la particularidad de que estaba equipado con turbinas Pratt & Whitney JT9D-70, no muy comunes en el mercado y solo nueve aviones 747 llevaban ese tipo de turbinas.

El “Olafo” como lo llamaban los tripulantes y personal de la compañía debido a su origen en Noruega,  fue involucrado en el tristemente famoso y trágico accidente la noche de 26 de noviembre de 1983,  cuando se precipitó  a tierra en las colinas de la localidad de Mejorada del Campo a escasos 12 kilómetros de la pista del aeropuerto de Barajas en Madrid. Este evento fue una tragedia para Avianca, Colombia y la industria de la aviación comercial en el mundo (ver artículo separado en Aviacol.net )

Al renegociarse el contrato de arrendamiento en 1983, el HK-2300 recibió una nueva matrícula colombiana, HK-2980X y posteriormente matricula irlandesa EI-CEO hasta el final de su comisión con Avianca en febrero de 1995.

En mayo de 1984 otro Jumbo 747 entró  a formar parte de la flota de Avianca.  Este era un avión de American Airlines y llevaba la matricula N9664.  Este avión fue pintado sobre el metal original con las líneas en rojo de Avianca, lo que llevo a que lo llamaran “el Carapálida”.  El avión entró a servicio en las rutas a Miami y Nueva York y Europa y ocasionalmente operó vuelos domésticos a Cartagena en temporada alta y durante eventos especiales como el Festival de Música del Caribe. Se mantuvo en servicio con Avianca hasta el 30 de Junio de 1987.

La era del Jumbo 747 de Avianca terminó cuando el último avión, el séptimo operado por la compañía y bajo contrato de arrendamiento con la empresa Air Atlanta de Islandia, fue devuelto después de algunas semanas en la temporada de verano de 1995.  Este avión nunca recibió los colores completos de Avianca y operó con los colores  básicos de la compañía arrendadora.

Los Boeing 747 de Avianca fueron reemplazados por los aviones Boeing 767-200  bimotores, de menor capacidad, pero con una mayor autonomía y economía en el consumo de combustible, lo que le permitió a Avianca la inauguración de los vuelos directos sin escalas desde Colombia a Europa.