Desde que llegaron al país a finales de 1992 los Tucano han volado cerca de 50.000 horas en misiones de entrenamiento y combate, acumulando cada uno más de 10.000 aterrizajes en su vida operativa. Este avión de entrenamiento avanzado, con propulsión turbohélice, pero características operativas similares a las de un jet, llegó al país para integrar la Escuela Básica-Avanzada de pilotaje. Sin embargo, las especiales características de la operación de la Fuerza Aérea Colombiana llevaron a que la institución exigiera las aeronaves más allá de sus diseños originales, utilizándolas como aviones de apoyo táctico en misiones de combate con armamento real, gracias a su capacidad de transportar hasta 1.000 libras de pertrechos en cuatro puntos duros.
Esta capacidad, utilizada inicialmente como parte de las misiones de entrenamiento avanzado con armamento, se convirtió en una realidad operativa en nuestro país, con los aviones AT-27 sirviendo como plataformas para la entrega de armas en varias misiones de combate real. Los Tucano también han sido empleados en otras áreas de apoyo a las tareas militares, sirviendo en ocasiones como aeronaves de relevo de comunicaciones y de reconocimiento.
Es así que la vida operativa de los AT-27 en Colombia alcanzó sus límites más rápidamente que aquellos aviones operados en otras partes del mundo. El ambiente operacional de los Tucano en nuestro país es totalmente único y ello llevó a la necesidad de planificar un programa de modernización que permitiera ampliar su vida útil, que resultan en uno de los componentes más valiosos de la flota de la FAC.
El inicio del programa
En el año 2008 Colombia adquirió la flota de 25 aviones A-29B Super Tucano a la casa fabricante brasilera Embraer, misma productora de los AT-27. A partir de esta adquisición, en el año 2010 se generó un convenio derivado de offset entre el Ministerio de Defensa de Colombia y la casa fabricante, es decir, un acuerdo de compensación asociado a la compra de material bélico, en este caso los A-29B.
Los Super Tucano tuvieron durante su desarrollo un aporte importante de las lecciones aprendidas en la operación militar de los AT-27 colombianos. Con la necesidad de modernizar los Tucanos colombianos y la oportunidad de ofrecer los servicios a otros países operadores del avión, se dio inicio al proyecto.
Un grupo de cerca de 20 personas entre ingenieros y técnicos de la FAC viajó a Brasil para comenzar el aprendizaje, que se desarrolló completamente en el exterior por la firma Embraer para la finalización del primer prototipo modernizado. Se hizo la transferencia de conocimientos y tecnología al personal colombiano para adelantar el resto de trabajos en las instalaciones del Comando Aéreo de Mantenimiento CAMAN, con asistencia de personal de Embraer, que ha resaltado el excelente estado de los aviones en comparación a Tucanos operados en otras partes del mundo.
El proceso de modernización
Desde la recepción del avión original hasta la entrega del avión modificado pasan cuatro meses, en un proceso que comienza con la inspección de la aeronave, preparación para los trabajos, remoción de pintura e inicio de la modernización. En Colombia nunca se había desensamblado ningún Tucano al punto en que se está haciendo, sin embargo la integridad estructural encontrada es la esperada luego de 22 años de servicio.
El cambio estructural más relevante es la instalación de una nueva ala. Este plano es fabricado y entregado por Embraer, siendo una estructura reforzada que incrementa entre 60 y 80 libras el peso final del avión, pero da a su vez mayor seguridad y capacidades en vuelos acrobáticos para los entrenamientos.
En las instalaciones del hangar de modernización de Tucano en CAMAN se ubican los dos planos, el nuevo frente al antiguo, y se comienza a hacer la transferencia de los diferentes sistemas que se ubican en su interior: componentes de control de vuelo, de sistema de combustible, hidráulicos y superficies de control, entre otros. Antes de realizar esta transferencia, cada componente pasa antes por pruebas no destructivas, una inspección visual, lubricación, pintura; entre otros, y en caso de requerirse, se cambian aquellos que lo necesiten.
Dentro de los estudios del proyecto se encontró además que los 14 ajustes o fittings que acoplan el plano al fuselaje requerían un cambio por estrés y fatiga del material. Se trata de piezas de alto valor estructural, por cuando son las que mantienen la estructura de fuselaje-plano unida, además de recibir varias de las fuerzas producto de los esfuerzos del ala durante el vuelo. Para modificar adecuadamente estas estructuras se realizó un proceso de ingeniería inversa que incluyó caracterización de material, dimensionamiento, pruebas de esfuerzo, pruebas no destructivas y destructivas, para llegar fabricar en Colombia, a través de un proceso de control numérico computarizado, la misma parte hecha por el fabricante en Brasil.
Mientras tanto se adelanta la otra gran modificación: el cambio de instrumentación análoga a digital. La línea 4000 de Rockwell Collins provee la nueva información a las dos pantallas de nueve pulgadas Cobham que sirven como Primary Flight Display PFD y Multi Function Display MFD, mostrando todos los datos de vuelo, navegación, información del motor, entre otros. Las tripulaciones pasarán de visualizar cerca de 25 instrumentos análogos en su mayoría, a concentrarse en dos pantallas, con control de radio también centralizado e indicaciones visuales y audibles, lo que reducirá la carga de trabajo de los pilotos.
Todo este sistema implica además un cambio total en las antenas, soportes y refuerzos, dado que son más grandes y generan mayor resistencia que las originalmente instaladas. Todo el cableado es nuevo y proveído por la industria colombiana. Los sistemas de entrega de armas se mantienen originales, debido a que el Tucano no se emplearía más como avión de combate y dichos sistemas, diseñados inicialmente para entrenamientos de armamento, se continuarían usando de la misma forma.
Esta nueva aviónica permitirá una mejor transición durante las fases de preparación a los alumnos que vienen de volar el nuevo entrenador básico T-90C Calima, equipado también con cabina de cristal. Así mismo hará más fácil la transición al equipo A-29B Super Tucano, que cuenta con tecnología similar en sus sistemas de aviónica.
Detalle de la instalación del nuevo cableado para la cabina frontal.
Conjunto de páneles frontales y laterales en la sección frontal de la cabina. La silla no ha sido instalada.
Nueva instrumentación.
Trabajos adicionales
La oportunidad única de desarmar cada avión es perfecta además para adelantar trabajos fuera del proyecto de modernización y que se adecuan al plan de extender la vida útil de los Tucano. Las tareas adicionales incluyen algunas relacionadas con la estructura misma del avión, con reforzamiento y adecuación de sistemas para mejorar la capacidad de maniobra de las aeronaves.
Varios de ellos incluyen: cambios en vigas del estabilizador vertical para que ofrezca una mejor estabilidad en conjunto con la nueva estructura modificada del ala, cambio de todos los componentes de indicación de seguridad eléctrica del tren de aterrizaje, inspección no destructiva adicional de componentes, mapeo de control de corrosión, pintura a toda la superficie interna y externa, y generación de reportes de integridad estructural que buscan identificar partes adicionales con fatiga que puedan requerir reforzamiento o trabajos adicionales.
Experiencia añadida
Con la implementación del proyecto la industria aérea colombiana contará con una nueva capacidad instalada para ofrecer servicios similares a aviones T-27 de otros operadores en el mundo. La adaptación del hangar, construcción de bancos y herramientas especiales para las tareas, son un valor añadido al conocimiento adquirido por el personal colombiano.
Con el programa de modernización para la flota de AT-27 Tucano de la FAC, se espera que esta aeronave cuente con un incremento de 15 años en su vida operativa, continuando sus misiones como entrenador básico-avanzado.
El AT-27 Tucano en Colombia
El contrato 04-FAC 92 efectuado entre el gobierno de Colombia y Embraer en 1992, trajo al país 14 aeronaves Tucano, dos aviones C-95A Bandeirante (FAC1270 y FAC1271), un simulador de vuelo de Tucano, material de repuestos y equipo de apoyo terrestre.
El 1 de noviembre del mismo año partieron del país hacia San José dos Campos, donde se ubica la planta de producción del Tucano en Brasil, un grupo de oficiales y suboficiales de la FAC, que realizaron todo el entrenamiento en el nuevo avión.
Ocho pilotos y 17 especialistas se formaron allí, para luego hacer los vuelos de traslado de las aeronaves, que durante tres días y acumulando 15 horas de vuelo, partieron de San José dos Campos, con paradas en Alta Floresta, Manaos, Tefé y Tabatinga, en Brasil; viajando luego a la base aérea de Apiay, en el Comando Aéreo de Combate No. 2, ubicado en cercanías a Villavicencio, departamento del Meta.
Los primeros ocho aviones llegaron a las 15:15 horas del día 27 de diciembre de 1992, se trató de los FAC2251, FAC2255, FAC2256. FAC2257, FAC2259, FAC2261, FAC2262 y FAC2263. Las siguientes unidades arribaron posteriormente. Los Tucanos colombianos están matriculados del FAC2250 al FAC2263. Durante los 22 años de operación continua, ninguno de los 14 aviones se ha accidentado, mostrando un récord de seguridad operacional muy elevado.
Actualmente todos los AT-27 Tucano están asignados al Escuadrón de Combate 212 “Tucanos”, perteneciente al Grupo de Combate 21 del CACOM 2, y donde hacen parte de la Escuela de Formación Básica de AT-27 y Avanzada de A-29B.
Listado de aviones AT-27 Tucano de la FAC
FAC2250 (c/n: 312410)
FAC2251 (c/n: 312411)
FAC2252 (c/n: 312412)
FAC2253 (c/n: 312413)
FAC2254 (c/n: 312414)
FAC2255 (c/n: 312415)
FAC2256 (c/n: 312416)
FAC2257 (c/n: 312417)
FAC2258 (c/n: 312418)
FAC2259 (c/n: 312419)
FAC2260 (c/n: 312420)
FAC2261 (c/n: 312421)
FAC2262 (c/n: 312422)
FAC2263 (c/n: 312423)
Con información de: Revista Aeronáutica
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