Es así que los helicópteros para servicios médicos de emergencia (EMS, por sus siglas en inglés) se posicionan como aliados imprescindibles al ser aeronaves diseñadas y dedicadas para realizar el 100% de sus operaciones como ambulancias aéreas. Al contar con aeronaves integradas exclusivamente para la atención de pacientes, los servicios EMS garantizan redes de atención disponibles en cualquier momento y lugar del día para realizar misiones primarias en el lugar del accidente, secundarias con el traslado a hospitales y rescate en montañas o mar adentro del territorio colombiano.
La rapidez de estas aeronaves permite recorrer distancias considerables y llegar a lugares recónditos con los más retadores terrenos y sin pistas de aterrizaje. En Colombia, por ejemplo, con una geografía e infraestructura demandante, congestión vehicular alta e innumerables áreas confinadas, Airbus Helicopters, ha identificado que el potencial para estos servicios es de hasta 50 aeronaves para construir una red eficiente dedicada a atención médica primaria que podría proveer de manera ágil servicios médicos de emergencia en zonas como el amazonas colombiano, áreas cercanas a la frontera con Ecuador o departamentos como Chocó en el pacífico del país.
Aeronaves bimotor como el H135 y el H145 que lideran las ventas en el mercado HEMS, son ideales para una amplia gama de configuraciones interiores de EMS dedicadas. El H135, que captura el 25% de la flota global de EMS, es la primera opción gracias a su tamaño compacto, diseño de cabina versátil y seguridad. El H145, la siguiente versión del H135 y cuya nueva versión tiene un rotor de cinco palas con mayor capacidad de despegue, ofrece la cabina más grande de su clase, con un amplio espacio para el cuidado del paciente, es apto para enfrentar las altas y calurosas condiciones de Colombia, incluso, alturas y escenarios complejos como la Cordillera de los Andes.
Ante un escenario como la actual crisis sanitaria por el coronavirus (COVID-19) y el aumento de enfermedades respiratorias en las grandes ciudades, los servicios EMS son imprescindibles para asistir y trasladar a la población alejada de las grandes ciudades o de centros de salud, bajo rigurosos estándares de bioseguridad. Compañías como Helistar y SADI en Colombia, con helicópteros H145, son los únicos operadores privados en el país con la capacidad de ofrecer servicios EMS.
Varios estudios demuestran que pacientes que reciben atención médica en los primeros 60 minutos después de ocurrido el accidente tienen mayores posibilidades de vivir. Este factor, conocido como la “hora dorada”, cobra relevancia si se tiene en cuenta que el uso de helicópteros EMS reduce la mortalidad en 25% frente al transporte terrestre y proporcionan en promedio 10 minutos de traslado en la ciudad y 45 minutos en transferencias rurales, de ventaja en tiempo, en comparación con el transporte carretero.
Cada vuelo de un helicóptero EMS cuenta con un piloto, un asistente de vuelo y un médico. Antes de partir en helicóptero, el piloto, el asistente de vuelo, el médico y el guía realizan una sesión informativa para preparar la misión. En última instancia, es el piloto el que elige el helicóptero más adecuado, según el perfil del traslado del paciente, las condiciones climáticas, la altitud y los riesgos.
Según sea el caso, los programas de ambulancias aéreas deberán aplicar los protocolos de bioseguridad necesarios en la cabina, pues no es lo mismo transportar a un paciente herido rescatado en condiciones extremas que requiere un tablillaje para tratar sus fracturas, o de choques eléctricos, a uno infectado por un virus de fácil propagación que requiera la separación física entre la cabina del piloto y la cabina del personal médico para mitigar el contagio.
La versatilidad es un factor relevante si de transporte médico aéreo se trata, pues permite dotar a las aeronaves con equipos médicos vitales -como los de ambulancias tradicionales- para monitorear y tratar a pacientes que requieren de cuidados intensivos. El equipo incluye respiradores, medicamentos, ventiladores, electrocardiograma (ECG), unidades de monitoreo, equipos de reanimación cardiopulmonar (RCP) y camillas. El volumen de cabina de estas aeronaves, H135 o H145, permite el acceso directo al paciente por parte de la tripulación.
Gracias a estos elementos médicos a bordo del helicóptero, el personal médico puede proceder con el diagnóstico inicial y comenzar el tratamiento. Los pacientes estabilizados pueden ser transportados en el helicóptero hasta el hospital más cercano o más apropiado de manera rápida y eficiente. La puesta en marcha segura y automática del helicóptero, puede permitir al piloto despegar en un minuto y llegar al lugar donde se encuentre el paciente infectado con velocidad de crucero en el menor tiempo posible.
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