Aviación Naval Colombiana
La aviación de la Armada Nacional de la República de Colombia traza sus orígenes a 1934, luego de que finalizara el conflicto bélico con el Perú. Para aquél entonces la aviación militar del país contaba con un importante número de aeronaves de combate y transporte, entre los que se contaban los hidroaviones Consolidated P2Y “Commodore” y Dornier Do-J “Wal”, empleados en operaciones aeronavales de patrullaje y transporte, principalmente en la zona del Pacífico colombiano.
Precisamente como resultado del conflicto militar, el país encontró la necesidad de mantener bases aéreas permanentes en la zona sur de la costa pacífica del país con el fin de ofrecer estaciones desde las cuales lanzar aeronaves de patrullaje marítimo que mantuviera constante observación en las aguas territoriales colombianas, con miras a mantener un nivel de disuasión necesario hacia el Perú. Así mismo, aun cuando no se mantenía una amenaza latente en la zona del Caribe, se dispuso la creación de una base que sirviera como centro de operaciones para llevar a cabo las mismas misiones en este otro sector marítimo colombiano.
Es así como se crearon las bases aeronavales de Buenaventura, en el Pacífico, que sirvió como escuela de hidroaviones, y la de Cartagena. Ambas unidades tuvieron una dependencia directa de la Aviación Militar.
Avión de patrullaje marítimo Consolidated P2Y “Commodore” (Foto vía: Armada Nacional)
Avión alemán Dornier Do-J “Wal”. (Foto vía: Armada Nacional)
Sin embargo, a pesar de contar con aviones de patrullaje fluvial de largo alcance, los requerimientos implicaban la entrada en operación de otro tipo de aeronaves que le permitieran a la flota de superficie de la Armada Nacional contar con ojos más allá de su zona de influencia. Es así como, gracias a las recomendaciones del Capitán de Navío Ralph Douglas Binney, de la Real Armada Inglesa, se dotó al buque MC “Cúcuta”, adecuado para el funcionamiento de la Escuela Naval de Cadetes, con las estaciones necesarias para llevar a bordo dos hidroaviones de reconocimiento y combate.
Se trató de dos Curtiss F-8 Falcon con los números de matrícula 123 y 125. El 4 de julio de 1937 se realizaría la primera misión de reconocimiento aeronaval que partió de un buque de la Armada Nacional, cuando el MC “Cúcuta” desplegó uno de sus F-8 para que realizara un reconocimiento a la isla Testigo, mientras la embarcación navegaba entre la isla Margarita y los islotes de Los Frailes, en el Mar Caribe.
La falta de recursos obligó a que se suspendieran las operaciones embarcadas con los hidroaviones y para 1942 la recién creada Fuerza Aérea Colombiana tomó bajo su jurisdicción las operaciones aéreas con aviones de patrullaje marítimo.
Avión Curtiss F-8 Falcon a bordo del buque MC “Cúcuta”. (Foto vía: Armada Nacional)
Avionces F-8 Falcon de matrículas 125 y 123, a bordo del MC “Cúcuta”. (Foto vía: Armada Nacional)
Mitad del siglo XX
A pesar de no contar con operaciones propias, la Armada Nacional contó con el Teniente de Navío Carlos Quijano, quien había obtenido su título como piloto naval en Argentina a finales de la década de los 30 y había realizado cursos de Piloto Naval en los Estados Unidos. El Teniente Quijano se convirtió entonces en el primer piloto naval colombiano, al ser reconocido como tal a través del Decreto 108 del 24 de enero de 1944. Al no contar con operaciones aéreas, el Teniente Quijano se mantuvo como ingeniero naval dentro de la Armada.
La Armada Nacional adquirió nuevos buques de superficie en la década de los 40, se trató de los ARC “Boyacá” y ARC “Ayacucho”, cazasubmarinos que obligaron a la institución a modificar sus dotaciones orgánicas, dando como resultado la creación de la Aviación Naval, dependiente de la Armada Nacional, a través del Decreto No. 1950 del 14 de agosto de 1944.
La nueva Aviación Naval Colombiana contaría con las bases “Almirante Padilla” en el Pacífico y “Barranquilla”, en el Caribe.
La Patrulla Aeronaval de Cartagena
Durante las décadas siguientes la Aviación Naval Colombiana no mantuvo operaciones importantes, y no fue sino tres décadas después cuando nuevamente se comenzaron los esfuerzos que terminarían dando bases sólidas para el mantenimiento y operación constante del componente aeronaval.
En 1968 el Capitán de aviación civil Jaime Borda Martelo, entonces perteneciente a la Patrulla Aérea Civil de Bogotá, le ofreció a la Armada Nacional vuelos de apoyo a unidades a lo largo de la costa Atlántica colombiana. Un año después voló en un avión Piper Pa-28 dentro de los ejercicios navales militares Halcón Vista.
Los buenos resultados de estos vuelos operados por civiles como apoyo a la Armada Nacional, fueron generando más concientización dentro del comando naval por la necesidad de contar con operaciones aéreas en apoyo a la misión de la Institución. Se realizaron más misiones en las operaciones Halcón Vista de comienzos de la década de los 70, llegando a incluir 45 aeronaves pertenecientes a la Patrulla Aérea Colombiana.
Finalmente en 1972 se crea la Patrulla Aeronaval de Cartagena PANC, con el fin de ofrecer vuelos en apoyo a la Armada Nacional, Alcaldía de Cartagena y Gobernación de Bolívar. La PANC siempre fue vista con buenos ojos por parte de la Armada, lo que significó un vínculo entre la patrulla y la Fuerza Naval del Atlántico con el objetivo de crear una escuela de aviación que empezara a preparar a los futuros miembros de la aviación naval del país.
Con el apoyo de la empresa privada nació finalmente en 1975 la Escuela de Aviación de la PANC. En esta institución se prepararían los primeros oficiales pilotos de la Armada Nacional con cursos de enseñanza ofrecidos en Colombia. En la década siguiente se fueron adquiriendo nuevas aeronaves que incluyeron un helicóptero Hughes 300.
Llega enero de 1983 y las actividades aéreas ya cuentan con una base sólida, la flota se ha aumentado y la preparación de los pilotos se mantiene. Es entonces cuando el Capitán Jaime Borda Martelo entregó oficialmente la PANC y la Escuela de Aviación a la Armada Nacional, constituyéndose la nueva Aviación Naval.
Evacuación aeromédica en un Cessna 172 de la PANC. (Foto Jaime Borda Martelo, tomada de “Armada República de Colombia – Aviación Naval”)
La llegada de las corbetas misileras
La Armada Nacional adelantó el Plan Neptuno, orientado a la adquisición de nueva unidades de superficie, y que se concretaría en la llegada de las cuatro corbetas misileras de la clase Almirante Padilla y construidas en Alemania. Hoy en día estas unidades, que son fragatas, son las ARC “Almirante Padilla”, ARC “Independiente”, ARC “Caldas” y ARC “Antioquia”.
Estos nuevos buques trajeron a su vez una nueva tecnología militar dentro de la Armada Nacional, que requería de un componente aéreo para la utilización efectiva de sus nuevos sistemas de armas. Con las corbetas llegaron entonces dos helicópteros alemanes Messerschmitt-Bölkow-Blohm MBB Bo-105 de matrículas ARC201 y ARC202. Los nuevos helicópteros tendrían la función de relevo transhorizontal para el misil MM 40 Exocet, con misiones adicionales de patrullaje marítimo, búsqueda y rescate, y apoyo operacional.
Los Bo-105 trajeron una nueva cultura a la Aviación Naval. La necesidad de aumentar los niveles de entrenamiento y expandir la doctrina operacional para las misiones aéreas embarcadas, requirió de un nuevo esfuerzo en la preparación de las tripulaciones, personal de mantenimiento y aquél que apoyan la operación a bordo de los buques.
Nace en el mismo año el Comando de Aviación Naval, dividido en el Escuadrón de ala fija, equipado con cinco aviones: dos Aerocommander (ARC501 y ARC502) y tres Piper Pa-28 (ARC401, ARC402 y ARC403) y que operaba desde el entonces llamado aeropuerto Crespo en Cartagena (hoy en día Rafael Núñez). El Escuadrón de Helicópteros estuvo equipado inicialmente con los dos Bo-105 operando desde la base naval “Bolívar”.
Estos dos escuadrones estuvieron operativos hasta el 1 de enero de 1987, cuando fueron fusionados en el Grupo Aeronaval del Atlántico.
Este nuevo Grupo se fortaleció con la llegada de más aeronaves, que incluyeron unidades de Turbocommander, primeros aviones turbohélice de la Armada. Llegaron aviones King Air y Cessna 206. La Aviación Naval colombiana cuenta entonces con una fuerte presencia en el Caribe, sin embargo el Pacífico está poco atendido, por lo que en 1997 se crea el Grupo Aeronaval del Pacífico, operando desde el aeropuerto de Juanchaco.
La ampliación de la infraestructura, tanto en el Pacífico como en el Caribe, y el aumento de las operaciones; llevó a la necesidad de incrementar el número de aeronaves, especialmente de helicópteros, ya que los dos Bo-105 no daban abasto en el cumplimiento de sus misiones. Llegan entonces los helicópteros AS555 Fennec en 1997.
El conflicto armado interno en Colombia y las operaciones de la Infantería de Marina Colombiana, obligaron a la adquisición de más helicópteros, esta vez utilizados en misiones de combate y apoyo fluvial. Llegan cinco helicópteros Bell 412 y un Bell 212. A estos se sumó un Robinson R22 para instrucción, un Beechcraft 350 King Air y un Grumman 1.
Helicóptero Bo-105 en maniobra sobre corbeta misilera a comienzos de los 90. (Foto: Armada Nacional)
Grupo Aeronaval del Atlántico, en Cartagena, 1987. (Foto: Jaime Borda Martelo, tomada de “Armada República de Colombia – Aviación Naval”)
El siglo XXI
La Aviación Naval Colombiana ha alcanzado un alto nivel de madurez que le permite entrar con fuerza al siglo XXI. La flota se incrementa con nuevos helicópteros Bell UH-1N, la llegada de un helicóptero BK-117, aviones de fabricación colombiana Gavilán 358 para el apoyo de operaciones de la Infantería de Marina, helicópteros F-28 para instrucción y aeronaves de apoyo y enlace Piper Pa-31, Pa-34 y Cessna 152.
La misión de la Armada Nacional de mantener la soberanía en las aguas territoriales del país, significó la llegada de un moderno equipo de patrullaje marítimo, constituido en 2003 por dos aviones CASA CN-235M (ARC801 y ARC802) específicamente equipados para realizar esta misión, a los que se uniría una nueva unidad (ARC803). Llegan también los aviones Cessna 208 Caravan y CASA C212 para transporte de personal, apoyo y enlace.
Los CN-235 serían estacionados inicialmente, uno en Cali para la operación en el Pacífico, y otro en Barranquilla para la operación en el Caribe. Nace a su vez el Grupo de Recuperación de Personal de la Aviación Naval, con el fin de adelantar misiones de búsqueda y rescate, y que han tenido alto impacto debido a las especiales condiciones en las que se realizan sus misiones.
En el año 2003 nace la Escuela de Aviación Naval, con sede en Barranquilla, que ofrece cursos de capacitación en distintas áreas al personal del componente aéreo de la Armada.
Del mismo modo se forman nuevas bases y estaciones para brindar apoyo en operaciones navales y fluviales, contando en su organización con un Comando de Aviación Naval; el Grupo Aeronaval del Caribe, con sede en nuevas instalaciones propias ubicadas en el aeropuerto Ernesto Cortissoz de Barranquilla y aeropuerto Rafael Núñez de Cartagena; el Grupo Aeronaval del Pacífico con sede en instalaciones propias, ampliadas y modernizadas en la población de Juanchaco; el Grupo Aeronaval de Transporte y Apoyo Fluvial ubicado en instalaciones propias dentro del aeropuerto El Dorado de Bogotá y aeropuerto de Guaymaral al norte de la capital; la Dirección de Seguridad Aeronaval, y el Centro de Mantenimiento de Aviación Naval.
La Aviación Naval también despliega aeronaves en misiones operacionales a otras unidades de la Armada e Infantería de Marina. Tal es el caso de operaciones en las nuevas Patrulleras de Apoyo Fluvial de construcción colombiana que realizan misiones en los ríos del sur del país, con ejes operacionales en Puerto Leguízamo y otras bases de avanzada de la Armada. Estas embarcaciones, al igual que las fragatas, cuentan con plataformas para el aterrizaje de helicópteros. Aeronaves de patrullaje marítimo también se estacionan en San Andrés y otros aeropuertos con especial cercanía a la zona marítima exclusiva de Colombia.
La Aviación Naval Colombiana cuenta con más de 70 años de historia, equipada hoy con una numerosa flota de aeronaves de transporte, apoyo, patrullaje marítimo, enlace, combate y rescate; repartidas en las zonas de influencia de la Armada de la República de Colombia sobre el Pacífico, Caribe y ríos del país, adelantando operaciones en defensa de la soberanía, conflicto interno y apoyo social a la comunidad, entre varias otras; haciendo honor a su lema “Alas Sobre el Mar”.
Fotografías de la Aviación Naval Colombiana
Personal de la Aviación Naval en las instalaciones del Grupo Aeronaval de Transporte y Apoyo Fluvial en Bogotá. (Foto: Javier Franco TOPPER)
Avión Gavilán 358. (Foto: Javier Franco TOPPER)
Helicóptero Bo-105 en maniobra sobre fragata misilera. (Foto: Armada Nacional)
Helicóptero AS555 Fennec en maniobra a bordo de fragata misilera. (Foto: Armada Nacional)
Avión de patrullaje marítimo CASA CN-235M volando sobre unidades de superficie. (Foto: Alexandre Magre)
Helicóptero Bell 412 en maniobra a bordo de Patrullera de Apoyo Fluvial. (Foto: Armada Nacional)
Helicópteros Bo-105 y Avión King Air. (Foto: Javier Franco TOPPER)
AS555 Fennec. (Foto: Armada Nacional)
Avión CASA C-212. (Foto: Javier Franco TOPPER)
Avión CASA CN-235M. (Foto: Javier Franco TOPPER)
Cessna 208 Caravan. (Foto: Javier Franco TOPPER)
AS555 Fennec. (Foto: Javier Franco TOPPER)
(Foto: Javier Franco TOPPER)
Bell UH-1N, junto a otras unidades de ala rotatoria. (Foto: Javier Franco TOPPER)
(Foto: Javier Franco TOPPER)
(Foto: Javier Franco TOPPER)
Distintivos de la Aviación Naval Colombiana
Alas de piloto naval colombiano.
Cucardas de alta (isz.) y baja (der.) visibilidad, usadas en los costados de los aviones de la Armada de Colombia.
Referencias
– Armada República de Colombia. (2011) “Aviación Naval”, Bogotá